viernes, 1 de julio de 2011

¿«Traductor, traidor»?: Una breve revisión bibliográfica (2)

Las tarifas. En 2009, Anne-Hélène Suárez Girard (1960), Premio Stendhal de Traducción 2011, comentó lo siguiente: «Esta visión negativa del traductor, combinada con su invisibilidad, contribuye en gran medida a que el traductor sea despectivamente considerado por los editores susceptibles de requerir sus servicios, y eso se refleja tanto en las tarifas que suelen aplicarse a la traducción como en el resto de las condiciones contractuales. El resultado es un círculo vicioso que ejerce a la vez una fuerza centrífuga —dificultando cada vez más el trabajo de los traductores mejor formados en lengua y literatura, y con mejor disposición inicial para llevar a cabo su labor con la dedicación necesaria en unas condiciones dignas— y una fuerza centrípeta —facilitando el acceso a la profesión a personas menos formadas en lengua y literatura, más ávidas en su búsqueda de encargos, menos escrupulosas en su ejecución, más susceptibles de aceptar las peores condiciones y, en consecuencia, de atraer a editores que no quieren o creen no poder dedicar los recursos necesarios a la traducción, puesto que ésta no es más que un aspecto como cualquier otro en el proceso de producción de un libro—. En definitiva, la situación en conjunto hace que resulte prácticamente imposible vivir de una actividad tan necesaria para la sociedad y fundamental para la cultura como es la traducción literaria.» [1]
A este comentario, se suman otras opiniones.
Miguel Sáenz, ya citado en la entrada anterior, ha valorado así esta situación: «A la mayoría [de los editores] les tiene sin cuidado la traducción. Lo que quieren es que les salga barata. Y las tarifas están bajando.» Y añadió a continuación: «Ahí tengo unas actas de la Comisión de Derecho Internacional, que es más fácil de traducir que una novela. Por cada página me pagan seis veces más. Si en un mes puedo ganar lo que en un año... Cuando te viene un encargo así y lo rechazas para traducir a Günter Grass es que estás loco.» También puntualiza: «Hay editores que se quedan con subvenciones que deberían ir al traductor.» [2]
Por su parte, María Teresa Gallego Urrutia (1943), también Premio Nacional de Traducción en España, dijo: «Un 35% de lo que hay en una librería española es traducido.» Y después añade: «Hay estudios que demuestran que es ínfimo el coste de una traducción bien pagada en el precio general de un libro. O sea, no pagan mal para ahorrar, sino porque nos desprecian.» [3]
Su colega, José Luis López Muñoz (1934), otro Premio Nacional de Traducción español, afirmó: «Y cuando un editor vende tu traducción —por ejemplo, al Círculo de Lectores—, lo hace por un precio que no conoces, y se queda con la mitad.» [4]
Comparada con otros países de la Unión Europea, la tarifa media para una traducción literaria con una extensión de 150 páginas rondaría hoy en España los 1.500–1.800 euros. Según un informe elaborado por el PEN Club y el Institut Ramon Llull en 2007, la misma traducción rondaría en Bélgica los 6.712 euros; en los Países Bajos, 6.712 euros; en Inglaterra, 4.423 euros; y en Francia, 2.925–3.375 euros. [5]
Un informe del Ministerio de Cultura en 2008, resume esta situación:
«Uno de los principales problemas manifestados reiteradamente por este colectivo es la dificultad para desarrollar la profesión de forma exclusiva, lo que suele tener como consecuencia la necesidad de compaginarlo con otras actividades profesionales (normalmente la realización de otro tipo de traducciones mejor retribuidas).» [6]

[1] Anne-Hélène Suárez: «La labor del traductor sufre la inconsciencia total que de ella tienen los lectores», sitio web de la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña (ACEC), 12 de marzo de 2009.
[2] Miguel Sáenz, citado por Javier Rodríguez Marcos: «Los traductores levantan la voz», El País, 6 de junio de 2009.
[3] María Teresa Gallego Urrutia, citada por Javier Rodríguez Marcos: loc. cit. (Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas, en 2010, las traducciones representaron 14,4% (59,2% en inglés) del total de títulos publicados. Ver: Instituto Nacional de Estadísticas: Nota de prensa, 29 de marzo de 2011.)
[4] José Luis López Muñoz, citado por Javier Rodríguez Marcos: loc. cit.
[5] Esther Allen (ed.): Ser traducido o no ser. Informe PEN / IRL sobre la situación internacional de la traducción literaria, septiembre de 2007, p. 46.
[6] Centro de Documentación del Libro y la Lectura, Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, Ministerio de Cultura: «La traducción editorial en España», diciembre de 2008, p. 50.

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