viernes, 27 de diciembre de 2013

2013: Resultados temáticos

Además de los controles que, por motivos fiscales, llevo de mi trabajo, suelo mantener un registro del comportamiento temático de los encargos que recibimos de nuestros clientes. Eso me ayuda a evaluar los intereses que priman entre ellos. 
En el año 2013, hemos prestado servicios editoriales y de traducción sobre los temas siguientes: viajes, cocina, arte, administración de empresas, gramática, informática, literatura infantil, obstetricia, física, didáctica, edición crítica, biografía, catálogos editoriales, gestión y organización educativa, papiroflexia, farmacología, publicidad, y en la redacción de índices de materias y de textos para semblanzas biográficas enciclopédicas.

[Imagen: Daniel Maclise: [William] Caxton Showing the First Specimen of His Printing to Prince Edward IV at Almonry, Westminster, 683 mm × 1.038 mm, papel, técnica mixta, ¿1858?]


viernes, 20 de diciembre de 2013

Una revisión de estilo «ligera»

Un cliente me pidió recientemente la revisión de estilo «ligera» de una novela en inglés. Normalmente, para los editores anglófonos, «ligera» quiere decir corregir problemas ortográficos, gramaticales y de puntuación, y otros usos incorrectos del idioma, además de aquellos problemas que afectan la uniformidad del uso de las mayúsculas, la ortografía, las fuentes tipográficas, el uso de los guiones y de los números. No se hace mucho más.
No obstante, una vez comenzado el trabajo, fue necesario añadir una portadilla con su reverso; editar la página de créditos; añadir una página para el epígrafe y un índice de contenido; editar los títulos de los capítulos; ajustar el espaciado; reordenar párrafos; hacer correcciones en la sintaxis, la terminología y el estilo editorial; editar los diálogos, y los monólogos interiores y su puntuación específica; y corregir concordancias y, especialmente, el uso de los tiempos verbales dentro de un mismo párrafo.
Después de todo, el trabajo no fue tan light.

[En la imagen: Abraham Bosse. Taller de impresor, c. 1642, grabado.]


viernes, 13 de diciembre de 2013

El descanso programado

Para un autónomo, programar los días de descanso y de vacaciones no suele ser fácil. Siempre nos movemos en una tierra de nadie plagada de incertidumbres.
Hay épocas como los veranos, o las fiestas navideñas y de fin de año, cuando las actividades laborales se suelen ralentizar y parecen ser los momentos ideales para hacer ese tipo de planes.
Pero no siempre es así. Por ejemplo, muchas veces, algunos clientes —sobre todo editoriales— suelen dejar encargos antes de irse de vacaciones para tenerlos a su disposición a su regreso. Si habíamos hecho planes para irnos de vacaciones, esto nos plantea una disyuntiva: hacer el trabajo o seguir adelante con nuestros planes.
Esto nos puede frustrar. Yo creo que hay que aprovechar la flexibilidad que nos permite nuestra autonomía para decir que sí a los trabajos y aprovechar cualquier momento libre para descansar y disponer de unos días de relajación. En estas circunstancias, no viene mal un poco de improvisación para aprovechar con un buen descanso los días cuando no tenemos trabajos pendientes.
Así cumplimos con los encargos de nuestros clientes, que sabrán que estamos disponibles cada vez que nos necesitan, y también nos damos un tiempo para reponer nuestras fuerzas y disfrutar de los frutos de nuestro trabajo.

[Imagen: Ford Madox Brown (1821–1893): Traveler (Viajero), óleo sobre tela, 1868.)


viernes, 6 de diciembre de 2013

La administración de la paciencia

Después de la digresión gastronómica de la semana pasada, vuelvo a nuestros temas habituales. En este caso, publico un nuevo comentario sobre las relaciones con los clientes.
Hay clientes difíciles. Todos los autónomos hemos tropezado con ellos. Son precisamente esos casos en los que hay que administrar muy bien la paciencia. Pero como todo en nuestras vidas, la paciencia tiene sus límites y hay que estar alertas para no perder la compostura cuando de difíciles algunas personas pasan a ser desesperantes.
Lo más sensato es conservar un tono amable, pero firme. No hay que dejar que alguien malinterprete que amabilidad es sinónimo de sumisión. Una actividad profesional solo es rentable cuando tiene el respeto del cliente.
De ese respeto dependen no solo el trato personal sino la concertación de las tarifas y de las condiciones de entrega.
No es productivo trabajar para un cliente que subestima nuestra capacidad profesional, que cuestiona la calidad de nuestro trabajo, nuestros precios, y los tiempos que necesitamos para el ejercicio serio de nuestra profesión.
Como he señalado en otra ocasión, si encontramos clientes que son así, es preferible no tenerlos antes que llegar a perder la paciencia. [1]

[1] Ver «Consejos prácticos: Clientes (1)», 7 de octubre de 2011 y «Consejos prácticos: Clientes (2)», 14 de octubre de 2011.

[Imagen: Scriptorium Monk at Work, grabado publicado en William Blades: Pentateuch of Printing with a Chapter on Judges, E. Stock, 1891.]


viernes, 29 de noviembre de 2013

Comer «en chino»

En estos días, estoy traduciendo una novela. La trama se desarrolla en China y en ella se mencionan varios platos de la cocina de ese país. Es una cocina que suma varias tradiciones regionales.
La traducción me abrió el apetito y hoy he buscado en mi «catálogo» de platos que me gusta cocinar y, de una lista de 234 recetas, he escogido esta caldereta china de marisco, que incluye langostinos, mejillones, cebolla, bambú, zanahoria, brécol, brotes de soja, jilote, puerro, pimiento, setas, guisantes, zumo de limón, aceite de sésamo, jengibre, curry, azúcar, salsas de soja y de ostras, y vino de arroz.

[1] Para información sobre libros de cocina traducidos por mí, ver: «Traducciones gastronómicas», 13 de noviembre de 2009; «Más cocina cubana», 22 de enero de 2010; «Más gastronomía, aunque más sana», 29 de enero de 2010; «Nuevo libro de cocina (1)», 5 de febrero de 2010; «Nuevo libro de cocina (2)», 12 de febrero de 2010; «Nuevo libro de cocina (3)», 19 de febrero de 2010; «Nueva traducción gastronómica», 25 de febrero de 2011; «Segunda edición sobre gastronomía sana», 29 de julio de 2011; «Nueva traducción de cocina: cenas»; 2 de marzo de 2012; «Nueva traducción de cocina: sopas», 9 de marzo de 2012; «Nueva traducción de cocina: postres», 16 de marzo de 2012.

[Imagen: Caldereta china de mariscos. Foto tomada de mi «catálogo» de platos que me gusta cocinar, 9 de marzo de 2013.]


viernes, 22 de noviembre de 2013

¿Cómo trabajar?

Es una cuestión tan personal como cualquier otra de las preferencias de cada individuo, aunque sí hay algunos elementos básicos.
Por ejemplo, ya que los traductores autónomos estamos en casa, vestir ropa cómoda y fresca en los meses más cálidos, y de abrigo en los más fríos, porque nos ayuda a trabajar con una sensación más placentera.
También tener en cuenta la conveniencia de cumplir con nuestros horarios de comida, además de los necesarios períodos de descanso.
El ambiente de trabajo es muy importante, tanto como una temperatura adecuada. Una buena iluminación, un nivel apropiado de silencio, una silla confortable donde pasar largas horas de trabajo, una postura adecuada del cuerpo, crear aquellas condiciones que más favorecen nuestra concentración…
La lista puede ser extensa, pero debe adecuarse a nuestras preferencias y a nuestras particularidades.
Lo importante es crear un ambiente que propicie al máximo nuestra productividad sin sacrificar nuestra sensación de bienestar.

[1] Ver también «Programa del día», 21 de septiembre de 2013, «Horas de trabajo», 1 de noviembre de 2013 y «¿Cuánto trabajar?», 8 de noviembre de 2013.

[Imagen: Alberto Durero: Der heilige Hieronymus im Gahäus [San Jerónimo (patrón de traductores e intérpretes) en su gabinete], 1514, grabado.]


viernes, 15 de noviembre de 2013

Aún más sobre publicidad

Vuelvo sobre el tema de la llamada «traducción publicitaria». Es un tema interesante porque en más de una ocasión he tenido que debatir con algún cliente la idea errónea de que un traductor tiene que convertirse en un redactor publicitario cuando le encargan una traducción de este tipo.
Son dos profesiones diferentes, con contenidos diferentes y con tarifas diferentes.
La esencia del problema reside en que la publicidad de cualquier producto o actividad se debe redactar independientemente para cada público (target) en su propio idioma.
Por otra parte, es muy difícil que un redactor, por ejemplo, redacte en español para un público de habla española y, a la vez, tenga en cuenta que el texto va a ser traducido y «facilite» el trabajo del traductor en la escritura de sus textos. De ahí, esa sensación de insatisfacción que nos queda a todos ante una publicidad traducida.
En otras ocasiones, se espera que el traductor sea el que solucione la carencia de redactores publicitarios en otras lenguas. [1]

[1] Sobre este tema, ver «Traducir publicidad», 18 de mayo de 2012.

[Imagen: «Expertos examinan la piedra de Rosetta en el Museo Británico», grabado publicado por el Illustrated London News, el 12 de septiembre de 1874, acerca del Segundo Congreso de Orientalistas celebrado ese año en Londres.]


viernes, 8 de noviembre de 2013

¿Cuánto trabajar?

Un traductor que trabaja demasiado no es realmente un trabajador productivo. Entre seis y ocho horas diarias de trabajo son suficientes para alcanzar una meta de 2.000 palabras de traducción de buena calidad. El cansancio no ayuda a lograr los niveles de concentración que hacen falta para trabajar bien.
Por lo tanto, he puesto en práctica un sistema de dos turnos de cuatro horas con una hora u hora y media de comida y siesta intermedias. Como me levanto a las 6.00, eso significa que comienzo a trabajar alrededor de las 7.00 y que he terminado de trabajar sobre las 17.00. También me tomo cinco o diez minutos de descanso cada hora para hacer caminatas cortas por la casa, beber una taza de té o de café y descansar la vista del monitor del ordenador.
Dos mil palabras en una hornada de ocho horas, cinco días a la semana, son suficientes. Sin embargo, todo depende de nuestra productividad. [1]

[1] Ver también «Programa del día», 21 de septiembre de 2013 y «Horas de trabajo», 1 de noviembre de 2013.

[Imagen: Antonello da Messina: San Gerolamo nello studio / San Jerónimo (patrón de traductores e intérpretes) en su estudio], c. 1774–1775, óleo sobre madera.]


viernes, 1 de noviembre de 2013

Horas de trabajo

Hoy vuelvo sobre el tema de la planificación del trabajo, que ya había tratado hace unas semanas. [1]
Si estamos de acuerdo con la necesidad y la utilidad de hacer un programa diario de actividades, conviene tener en cuenta además algunas cuestiones relacionadas con la distribución de las horas del día.
El modelo que yo he utilizado siempre se basa en la idea de establecer horas fijas para desarrollar las actividades del día; en particular, las de carácter profesional.
Como traductor autónomo, trabajo con una norma de traducción de 2.000 palabras diarias. Para lograr cumplir esa norma, mantengo una disciplina de trabajo ajustada a un horario fijo.
No creo que sea necesario ajustarse a un modelo preestablecido, como el de Benjamin Franklin, que me sirviera hace muchos años de inspiración personal. Creo que cada horario de actividades —de trabajo— debe ajustarse a las circunstancias personales de cada cual, tanto en sus horas de comienzo, intermedias y de finalización. No creo necesario levantarnos a las 5 de la mañana e irnos a dormir a la 1 de la madrugada como hacía Franklin. Sin embargo, sí creo que es conveniente tener en cuenta nuestras horas de mayor productividad para dedicarlas al trabajo.
Madrugar puede ser positivo para unos y negativo para otros. Trabajar las mañanas y las tardes o las tardes y las noches puede mejorar o perjudicar el trabajo de otros. La clave está en desarrollar —y cumplir— aquel horario que mejor se adecue a nuestras características personales.

[1] Ver «Programa del día», 21 de septiembre de 2013.

[Imagen: Domenico Ghirlandaio: San Jerónimo en su gabinete, fresco, 184 × 119 cm (1480).

  

viernes, 25 de octubre de 2013

Sobre los manuales de estilo

Los llamados «manuales de estilo editorial» desempeñan la función de elemento unificador del trabajo de autores, traductores, editores, revisores de estilo, correctores y otros trabajadores editoriales. En su contenido, se abordan normas para la preparación de los originales que se van a publicar e incluyen aspectos tipográficos, de puntuación, y cuestiones generales de redacción, gramática, sintaxis, ortografía, etc.
Sin embargo, prácticamente, cada idioma, cada país con un idioma común y cada editorial «tiene su librillo». Y esto dificulta, precisamente, el trabajo de quienes deberían beneficiarse con estos textos.
Por eso, me parece razonable la política aplicada desde 1978 por el Comité Internacional de Revistas Médicas, y su esfuerzo por desarrollar y aplicar sus «Requisitos de uniformidad para manuscritos enviados a revistas biomédicas».
Tal vez, sería conveniente comenzar por que cada país buscase una forma de dar uniformidad a sus diversas normas editoriales. [1]

[1] Ver «Primera norma cubana de edición», 14 de enero de 2011.

[Imagen: Portada del documento de la Oficina Nacional de Normalización: «Edición de publicaciones no periódicas: requisitos generales», Norma Cubana 1:2005.]


viernes, 18 de octubre de 2013

Alice Munro

En el año 2000, me encargaron la traducción de una serie de cuentos de los autores canadienses Mavis Gallant (1922), Alice Munro (1931), Leon Rooke (1934), Alistair MacLeod (1936), David Cronenberg (1943) y Barbara Gowdy (1950). Los textos traducidos se publicaron en un número especial de la revista Casa de las Américas dedicado a la cultura de Canadá.
El cuento de Alice Munro seleccionado por los editores para representar su obra fue «El bote hallado» (The Found Boat) y se publicó en el número 220 (julio-septiembre de 2000, pp. 54–61) de esa revista literaria. [1]
La noticia de su reciente elección por la Academia Sueca para el Premio Nobel de Literatura 2013 no ha sido una sorpresa.

[1] Ver «Rincón de lecturas: Alice Munro», 30 de julio de 2010.

[Imagen: Revista Casa de las Américas, no. 220, julio-septiembre de 2000.]


viernes, 11 de octubre de 2013

Tendencias reales

La crisis económica en España ha cambiado muchas cosas, incluidas las necesidades editoriales de nuestros clientes. Esto se ha hecho aún más evidente al final del tercer trimestre de este año, cuando he tenido que hacer un balance del trabajo (por motivos fiscales).
Hasta esta fecha, he facturado textos sobre turismo, cocina, física, administración de empresas, arte, biografía, informática, literatura infantil, farmacología, publicidad, gramática, didáctica, crítica literaria y por la redacción de textos para las semblanzas biográficas de una enciclopedia.
Lo que más ha llamado mi atención durante este análisis son las cifras relacionadas con las temáticas solicitadas: las guías de viaje y los libros de cocina representan 69% del total.
Esto me da una idea bastante clara de las tendencias reales de lo que nuestros clientes necesitan.
Por cierto, un análisis reciente de la producción editorial en España muestra que solo 31,1% de los títulos publicados en 2012 fueron de literatura. [1]

[1] Ver “Estadística de la producción editorial en España. Año 2012”, Notas de Prensa, Instituto Nacional de Estadísticas, 19 de marzo de 2013.

[Imagen: Daniel Maclise: [William] Caxton Showing the First Specimen of His Printing to Prince Edward IV at Almonry, Westminster, 683 mm × 1.038 mm, papel, técnica mixta, ¿1858?]


viernes, 4 de octubre de 2013

Guías de viaje: cambios de destinos

Desde hace un par de años, entre los trabajos que más nos solicitan se encuentran las guías de viaje. Habitualmente, se trata de revisar las actualizaciones de guías ya publicadas. Eso, en sí mismo, no tiene nada de particular.
Sin embargo, lo que se aprecia en estos dos últimos años es el cambio de escenario; es decir, los países y regiones que van tomando mayor protagonismo en sustitución de otros destinos turísticos antes más populares. De alguna manera, esto refleja los acontecimientos que han tenido lugar en algunos de estos destinos y que afectan la tranquilidad de los viajeros.
Uno de estos acontecimientos es la llamada «primavera árabe», que, desde 2010, ha desplazado el interés turístico del norte de África y Oriente Medio a la costa norte del Mediterráneo y, en los casos de destinos más lejanos, hacia América Latina y el Caribe.
Al principio imperceptible, con el paso de los meses, se hace cada vez más evidente en los encargos que recibimos.

[Imagen: Albert Dürer: Viajero con perro, xilografía, siglo quince.]


viernes, 27 de septiembre de 2013

Programa del día

Como autónomo, tengo mi propio «reglamento interno». Una de sus reglas es cumplir un programa diario para coordinar mi trabajo y mis actividades.
Cuando estudiaba enseñanza secundaria en Miami, pedí prestada la autobiografía de Benjamin Franklin en la biblioteca pública local. En dicha obra, encontré la descripción de sus ocupaciones diarias en lo que llamó: «scheme».
Siempre he tenido en gran estima su método y, desde entonces, he organizado mi trabajo sobre la base de un programa diario que me ha ayudado a aprovechar al máximo mi tiempo, especialmente cuando estoy sobrecargado de trabajo.
Planificar con anticipación ahorra tiempo y esfuerzo, nos aporta una visión clara de nuestras prioridades, nos ayuda a controlar lo que hacemos y contribuye, además, a organizar nuestros necesarios períodos de descanso y el tiempo libre.
Seguir un programa diario bien planificado es una de mis mayores recomendaciones a mis colegas más jóvenes.

[Imagen: «Scheme», página tomada de The Autobiography of Benjamin Franklin, publicada originalmente por J. Parsons, Londres, 1793, con el título The Private Life of the Late Benjamin Franklin, LL.D.]


viernes, 20 de septiembre de 2013

Comida, cultura y traducción

La Universidad de Bolonia ha decidido organizar la Primera Conferencia Internacional sobre la Comida y la Cultura en la Traducción. Se llevará a cabo en Bertinoro (Forli, Italia) entre el 22 y el 24 de mayo de 2014.
Ya he publicado antes para vindicar la importancia de la traducción relacionada con la alimentación, [1] porque la gastronomía siempre ha formado parte de la cultura. Tanto es así, que algunas recetas de cocina ya aparecen incluidas en registros escritos desde el segundo milenio a. C., en la antigua Mesopotamia.
Habrá que seguir muy de cerca los resultados de este congreso.

[1] Para leer otras entradas, teclear «Gastronomía» en el buscador de este blog.

[Imagen: Edward Caslan: «La Soupe» [La sopa], publicado en The Illustrated London News, 25 de noviembre de 1871, grabado.]


viernes, 13 de septiembre de 2013

Acerca de la indexación

Los ordenadores han hecho que el trabajo de traducción y edición sean mucho más fáciles y más productivos. De eso no hay ninguna duda. Pero hay ocasiones cuando un error de planificación excluye, por ejemplo, la posibilidad de hacer uso de la indexación generada por ordenador durante el proceso final de producción de un libro. En esos casos, es útil conocer algunos de los viejos principios generales de indexación. Se pueden resumir brevemente a continuación:
Quien lo elabora debe conocer qué tipo de índice debe preparar, qué partes del libro se deben incluir y debe trabajar con las pruebas finales del texto. Los editores deben recordar que cualquier cambio que altere la paginación de la obra tiene su efecto sobre las páginas anotadas en el índice, por lo que se deben evitar cambios de última hora.
Quien elabora el índice debe tener una idea clara de los términos que interesa incluir u omitir en las entradas.
El proceso de indexación siempre comienza marcando las entradas en las pruebas de las páginas. Después, estas entradas se deben teclear y ordenar alfabéticamente para producir un borrador.
La utilización de fichas con las entradas seleccionadas en las pruebas puede resultar útil en esta fase del proceso. Deben incluir un término por ficha con las referencias a las páginas y se deben ordenar alfabéticamente.
La información recogida en estas fichas se teclea posteriormente en el borrador para producir el índice definitivo.

[Imagen: Cicerón redactando sus cartas, xilografía tomada de sus Epistulae ad familiares, publicadas por Girolamo Scoto, Venecia, 1547, detalle.]


viernes, 6 de septiembre de 2013

Desarrollo de proyectos editoriales

La respuesta —en una entrada anterior— [1] a una pregunta dio lugar a otra: ¿Qué ocurre cuando un editor acepta un manuscrito?
El manuscrito aprobado se incluye en el plan de publicaciones de la editorial. Sin embargo, el paso siguiente pudiera ser una cierta forma de desarrollo de proyectos editoriales, si el manuscrito ha sido aceptado con recomendaciones.
Un editor —developmental editor en inglés— sugerirá por lo general cambios basados en dichas recomendaciones. Además, puede realizar consultas con el autor antes de comenzar el proceso de edición para reconsiderar títulos y subtítulos; rescribir y/o reestructurar partes, oraciones y/o párrafos del texto; solucionar varios aspectos de su contenido; y sugerir el tratamiento editorial de ilustraciones, gráficos y/o notas aclaratorias.

[1] Ver «Proyectos editoriales en inglés», 9 de agosto de 2013.

[Imagen: Mesa de trabajo medieval publicada originalmente en G. F. Rodwell: South by East: Notes of Travel in Southern Europe, Marcus Ward, 1877.]


viernes, 30 de agosto de 2013

Algo más sobre la precisión

Ya he comentado antes sobre la importancia de la precisión en las traducciones, [1] y hoy quiero volver sobre este tema. He leído recientemente una novela en la que el traductor y el editor han dejado en inglés el término stent. Para quienes no están familiarizados con la terminología médica, se trata de una prótesis cilíndrica que se puede introducir dentro de una estructura tubular del organismo para impedir que se cierre y se obstruya.
En el caso que nos ocupa, la búsqueda de stent en un diccionario médico hubiera dado el término correcto en español: endoprótesis vascular. Una búsqueda en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (versión accesible en Internet) hubiese resultado en que el término estent ha sido aprobado para su inclusión en su vigésima tercera edición.
El uso de un término en inglés como stent, aunque esté sobradamente sancionado por el uso en el lenguaje médico, no nos exime de buscar otras alternativas. Solo recomiendo el empleo de una forma inglesa dentro de un texto en español como una excepción extrema después de agotadas otras posibilidades.

[1] Ver «Baseball es béisbol», 27 de julio de 2012, «Más sobre la precisión en las traducciones», 24 de agosto de 2012, y  «Los “fingers” en los aeropuertos», 7 de septiembre de 2012.

[Imagen: Scriptorium Monk at Work, grabado publicado en William Blades: Pentateuch of Printing with a Chapter on Judges, E. Stock, 1891.]


viernes, 23 de agosto de 2013

En busca de la excelencia

Siempre me ha gustado la frase de Michael LeBoeuf: «Un cliente satisfecho es la mejor estrategia empresarial.»
Este es el tipo de estrategia que recomiendo a mis jóvenes colegas en privado y en el aula. Un cliente satisfecho es una posible fuente de nuevos trabajos gracias a esa efectiva forma de mercadotecnia que convierte las recomendaciones de otros en una de las mejores formas de promover nuestros servicios.
Siempre he insistido en que, sin importarnos lo pequeño que sea el volumen de negocios de un cliente o lo poco extenso que sea un trabajo, debemos buscar la excelencia. Aunque raras veces la logremos, vale la pena hacer el esfuerzo porque buscar la excelencia produce buenas traducciones según los estándares normales.
Esto incluye su entrega escrupulosamente puntual.

[Imagen: Pieter Brueghel: La torre de Babel, óleo sobre madera, 114 × 155 cm (1563).


viernes, 16 de agosto de 2013

Traducir para ediciones críticas

Hace poco, he estado traduciendo notas para la edición crítica de un conocido autor del siglo veinte. [1] El manuscrito base es la traducción al inglés de un libro trabajado por otro traductor, en tanto yo he traducido notas textuales del editor crítico.
He tenido que tener en cuenta los detalles siguientes:
1. Utilizar la misma terminología que la traducción de base.
2. Aplicar el mismo estilo editorial que emplea el editor en sus notas en español.
3. Destacar con color las citas directas de las fuentes en inglés en las notas traducidas para que el editor pueda teclearlas o copiarlas y pegarlas a partir de sus propias fuentes.

[1] No menciono ni nombre ni título porque sigo mi política: «Respete el derecho que tiene su cliente a la privacidad y a la confidencialidad, y no revele nunca cualquier información obtenida durante el desempeño de su trabajo». (Ver «Consejos prácticos. Buenas prácticas en traducción», 16 de septiembre de 2011.


[Imagen: Jost Amman: Der Buchbinder (El encuadernador de libros), 1568, grabado.]

viernes, 9 de agosto de 2013

Proyectos editoriales en inglés

Ya he publicado acerca de algunas llamadas que he recibido de autores españoles interesados en publicar sus obras en inglés. [1] A continuación, presento algunas ideas sobre quienes son las personas más adecuadas que se deben contactar.
Algunas grandes editoriales en lengua inglesa incluyen en sus plantillas un especialista llamado acquisitions editor. Son profesionales altamente calificados cuya línea principal de trabajo es encontrar obras originales publicables, y hallar y contratar nuevos autores. Parte de su trabajo consiste también en conocer a fondo el mercado editorial. Una buena forma de ofertar nuevos manuscritos a estas editoriales es averiguar si tienen alguno en sus plantillas y contactarlo.
Los autores deben estar preparados para presentar alguna información básica preliminar. Por ejemplo: un breve resumen del libro, una idea del público al que va dirigido, alguna información sobre el autor, el índice de contenido completo y por lo menos un capítulo de muestra.
Si se necesita más información, el editor probablemente la solicitará.

[1] Ver «Más sobre las traducciones para auto-publicaciones», 12 de abril de 2013.

[Imagen: Abraham Bosse. Taller de impresor, c. 1642, grabado.]


viernes, 2 de agosto de 2013

Traducciones exprés

Puede que no sean los encargos que hacen feliz a un traductor, pero ciertamente son una necesidad imperiosa para algunos clientes. Por lo general, llegan cuando ya tenemos bien planificado el trabajo del día, los viernes por la tarde y hasta los fines de semana. Hay que abordarlos de inmediato, con poco o ningún tiempo. Pero, en esos casos, siempre digo sí a mis clientes habituales.
¿Por qué? Porque, a veces, los traductores debemos comportarnos como los médicos y responder a la llamada de nuestros clientes sin importarnos el día o la hora. Porque, profesionalmente, sabemos que esos servicios de urgencia son necesarios y que somos la solución al problema de otro.
Esa es una de las partes gratas de este trabajo. Lo demás es atender al cliente como siempre: hacer el trabajo, enviar la factura y cobrar. El extra viene de la gratitud de alguien que ha cumplido una fecha ajustada gracias a nosotros.

[Imagen: «Expertos examinan la piedra de Rosetta en el Museo Británico», grabado publicado por el Illustrated London News, el 12 de septiembre de 1874, acerca del Segundo Congreso de Orientalistas celebrado ese año en Londres.]


viernes, 26 de julio de 2013

La historia me absolverá (en inglés)

Tal vez, el documento más editado, reeditado, revisado y vuelto a revisar de la política cubana sea La historia me absolverá, alegato de autodefensa de Fidel Castro del 16 de octubre de 1953 ante el tribunal que lo juzgó por los ataques armados simultáneos contra los cuarteles militares de las ciudades de Santiago de Cuba y Bayamo, el 26 de julio de aquel año. Hoy se cumple su sesenta aniversario.
Este alegato, que se recompuso en prisión y circuló poco después de forma clandestina, sirvió de base programática para el movimiento revolucionario que derrocó la dictadura militar encabezada por el general Fulgencio Batista entre el 10 de marzo de 1952 y el 31 de diciembre de 1958.
En 1998, la Editorial José Martí me encargó el cotejo y revisión con una redactora en castellano de la traducción al inglés de la versión entonces vigente de dicho documento para una edición que se publicó ese mismo año.
Se trataba —además de una defensa— de una denuncia de los problemas económicos y sociales que afectaban la isla en la década de 1950 y que justificaban, según el punto de vista del autor, la insurrección armada.
El documento prometía reformar el país sobre las bases establecidas por la constitución democrática de 1940 y de solucionar los problemas de la tenencia de la tierra y del latifundismo nacional y extranjero; el escaso desarrollo industrial del país; la crisis generalizada de la vivienda; el elevado por ciento de desempleo; y las deficiencias crónicas de los sistemas de educación —con un alto nivel de analfabetismo— y de la sanidad públicas.

[Imagen: Fidel Castro: History Will Absolve Me, Editorial José Martí, 1998.]


viernes, 19 de julio de 2013

Sobre la jubilación

Traducir y editar no tienen nada de aburrido. Por ejemplo, este primer semestre de 2013 mi esposa y yo hemos traducido, revisado y corregido textos de las temáticas siguientes: arte, biografía, cocina, empresariales, farmacología, ficción, física y turismo. También he asesorado a una pequeña editorial española sobre una obra que están editando en inglés después de traducirles cuatro de sus textos preliminares a esa misma lengua.
Esto es lo que hace tan difícil la idea de la jubilación. Uno sabe que la hora se aproxima, pero es duro imaginar una mañana sin una página en blanco y un texto a la espera de ser traducido; un original listo para ser revisado o unas pruebas por corregir.
Es algo que se disfruta haciéndolo y que se ha convertido en una parte importante de la vida cotidiana. Es más que una cuestión de ingresos. Es duro renunciar a algo que nos ha puesto en contacto con personas muy talentosas e interesantes; que ha contribuido a nuestro conocimiento y a nuestra cultura durante más de medio siglo.

[Imagen: Domenico Ghirlandaio: San Jerónimo en su gabinete, fresco, 184 × 119 cm (1480).


viernes, 12 de julio de 2013

Los lomos (de los libros)

Esta semana he tenido que responder algunas consultas sobre la distribución de los textos en las cubiertas de los libros, y me ha parecido interesante compartir una de ellas con mis colegas más jóvenes.
Ya he definido el lomo de un libro en otra entrada como la: «Parte estrecha de la encuadernación que une la cubierta con la contracubierta. Se imprime generalmente con título, autor y logotipo del editor.» [1]
En esta ocasión, la duda ha sido cómo distribuir estos textos en dicho lomo.
Lo ideal es que el libro sea lo bastante voluminoso como para que los textos quepan a lo ancho y facilitar su lectura cuando se encuentra en una posición vertical en un estante (ver los tres primeros ejemplares a la izquierda de la imagen). Sin embargo, no siempre es así y eso obliga al diseñador gráfico a distribuir los textos a lo largo del lomo.
Se aplican dos formas:
1) A la europea, cuando el texto se lee de abajo hacia arriba.
2) A la estadounidense, cuando el texto se lee de arriba hacia abajo (ver los ejemplares a la derecha de la imagen).
Muchos diseñadores y editores obvian esta diferencia y las usan indistintamente, aunque hay una tendencia a emplear la forma estadounidense.
Yo prefiero esta forma porque tiene una ventaja: cuando los libros se colocan horizontalmente con la cubierta hacia arriba, los textos quedan derechos —y fácilmente legibles— mientras que con la forma europea quedan invertidos.

[1] «Términos editoriales: Cubierta», 25 de noviembre de 2011.

[Imagen: Lomos anchos y a la estadounidense de algunas de mis traducciones.]


viernes, 5 de julio de 2013

Ganadores y perdedores

Muchos de mis colegas siguen quejándose en los foros de traductores acerca del intrusismo profesional en nuestro mercado de trabajo abierto para todos. Pienso que es más una cuestión de ética empresarial que un problema de ética laboral. Los traductores profesionales desempeñan su trabajo con seriedad, y lo hacen bien y legalmente.
El caldo de cultivo que permite el intrusismo en la traducción se localiza en algunos sectores de la comunidad empresarial que buscan traducciones baratas, y que menosprecian el respeto que merece el público.
Los ganadores son aquellos clientes que prefieren bajar costes a expensas de la calidad y contratan traductores incompetentes.
El perdedor es el público que paga un buen precio por un producto malo.
Mis colegas tienen razón cuando se quejan. Cuando un traductor sin cualificación acepta tarifas muy bajas, entrega traducciones de mala calidad y trabaja dentro de la economía sumergida, pone en peligro el prestigio de nuestra profesión.

[Imagen: Hans Holbein: El vendedor ambulante (Serie Danza de la Muerte), 14,7 cm × 10,7 cm, xilografía, circa 1538.]


viernes, 28 de junio de 2013

«Ich bin ein Berliner» y su 50 aniversario

El presidente estadounidense Barack Obama visitó Berlín la semana pasada y participó en la celebración del famoso discurso «Ich bin ein Berliner» [Yo soy un berlinés] de John F. Kennedy del 26 de junio de 1963 en Berlín Occidental.
Siempre he incluido este breve discurso de 9 minutos y 2,5 páginas en la lista de las «traducciones favoritas» que he hecho al español por su enorme significado político y la visión de futuro del presidente Kennedy de la caída del Muro de Berlín como símbolo de las restricciones de las libertades civiles en Europa Oriental.
Este discurso fue incluido en la obra No preguntes lo que tu país puede hacer por ti y otros discursos con otras de mis traducciones de discursos de Kennedy. [1]

[1] Ver «Kennedy y el Muro de Berlín», 27 de noviembre de 2009.

[Imagen: John Fitzgerald Kennedy: No preguntes lo que tu país puede hacer por ti y otros discursos, Colección Las Voces de la Democracia, Centro Editor PDA, 2008.


viernes, 21 de junio de 2013

Feria del Libro de Madrid 2013

Datos oficiales de la Feria de Madrid 2013 (31 de mayo–16 de junio) han  informado un aumento de 9,3% de las ventas (7.100.000 euros) después de caídas sucesivas en los años precedentes. Es un dato alentador para el sector editorial, bastante castigado por la crisis económica. [1] Por ejemplo, las ventas en la Feria de 2012 habían caído 19% cuando se compararon con las de 2011.
Aunque las ventas en las ferias son un termómetro para medir la «temperatura» del comercio del libro en determinadas circunstancias, estas presentaciones masivas no son un indicador totalmente fiable. Por lo general, a las ferias van los libros más vendibles en los catálogos de las editoriales, y se presentan rodeados de una intensa promoción publicitaria y de sesiones de firmas por sus autores que estimulan la compra por los lectores.
El verdadero indicador de la «salud» del comercio del libro son las ventas en las librerías. Habrá que esperar los datos estadísticos de 2013 para confirmar si lo que reflejan los datos de la feria madrileña son un buen augurio. Confiemos que sí.

[1] Ver «“Traducir” la crisis», 11 de mayo de 2012.

[Imagen: Juan Gatti: Cartel de la 72 Feria del Libro de Madrid (2013).]


viernes, 14 de junio de 2013

Seleccionando redactores de estilo

Como jefe de redacción y redactor jefe, he tenido que seleccionar redactores de estilo para mi redacción. Aunque había un flujo constante de currículos a mi despacho, este aumentaba mucho en los meses posteriores al final de los cursos académicos, cuando los graduados comenzaban a buscar trabajo.
Me interesaban dos grupos: redactores de estilo en español y redactores de estilo en lenguas extranjeras. Es decir, un grupo de profesionales que pudiesen realizar revisiones de estilo en español, y otro grupo para cotejos y revisiones de estilo en otras lenguas.
Los graduados sin experiencia podían ser tomados en cuenta para adiestrarlos para el primer grupo, pero el segundo grupo requería el dominio de una lengua extranjera. Los mejores candidatos para el primer grupo eran los graduados en las temáticas que publicaba la editorial. Los candidatos ideales para el segundo eran los graduados en traducción e interpretación.
El denominador común básico para ambos grupos era tener una licenciatura. Pero había otros tres aspectos de importancia que se consideraban en las entrevistas: tener excelentes conocimientos y dominio del español o de las lenguas de partida y de llegada; tener conocimientos sólidos de sus respectivas culturas y literaturas; y ser capaz de redactar con fluidez en español o en otra lengua.
Un redactor de estilo fiable no podía trabajar bien nuestros originales si no era capaz de detectar errores y, sobre todo, argumentar gramaticalmente las correcciones propuestas a su jefe de redacción y, especialmente, a los autores.
La revisión de estilo de nuestros libros requería un nivel de familiaridad con los contenidos de los libros que editábamos. Por eso, se preguntaba a nuestros futuros redactores de estilo acerca de sus hábitos de lectura, su comprensión de los temas que editábamos en nuestra editorial y su familiaridad con las culturas correspondientes.
Un redactor de estilo fiable no podía producir un original editado de alta calidad para nosotros si no podía sugerir correcciones razonables de títulos y subtítulos, sugerir la eliminación de repeticiones innecesarias, reordenar párrafos, rescribir oraciones, y escribir buenas notas al pie de la página y para las solapas y las contracubiertas de nuestros libros. Por lo tanto, los candidatos tenían que demostrar algunas capacidades básicas de redacción y corrección editorial durante sus seis meses de prueba.

[Imagen: Daniel Maclise: [William] Caxton Showing the First Specimen of His Printing to Prince Edward IV at Almonry, Westminster, 683 mm × 1,038 mm, papel, técnica mixta, ¿1858?]


viernes, 7 de junio de 2013

Traducción en colaboración: experiencia personal

Por lo general, mis traducciones en colaboración [1] se han debido a decisiones editoriales, no personales. Como la mayoría de los traductores profesionales, prefiero trabajar solo. Sin embargo, hay libros muy voluminosos que requieren dividirlos en partes más pequeñas para garantizar un proceso de traducción rápido.
Es en estas ocasiones cuando la traducción en colaboración es útil. Los editores solicitan este tipo de traducción para asegurar que pueden contar con el manuscrito original de la traducción para su proceso editorial en el plazo más breve posible y así evitar demoras en la publicación de la obra.
En los últimos años, mi experiencia personal en este tipo de encargo editorial ha sido básicamente la traducción del inglés al castellano de los libros siguientes: [2]

Joanne Barnes, Linda A. Anderson, J. David Phillipson: Herbal Medicines














Michael Bright (ed.): 1001 Natural Wonders You Must See before You Die














Stephen Farthing (ed.): 501 Great Artists














Julian Patrick (ed.): 501 Great Writers














Julia Eccleshare (ed.) 1001 Children’s Books You Must Read before You Grow Up














Robert Dimery (ed.) 1001 Songs You Must Hear before You Die














Los encargos fueron la traducción de partes de estos libros y compartir trabajo, créditos, copyright y honorarios con otros colegas.
En general, el trabajo se llevó a cabo de la manera siguiente: los editores dividieron estas obras voluminosas en varias partes que se distribuyeron entre un grupo de traductores (cuatro o cinco) con los que no tuve contacto. (Nunca he sabido quiénes eran los demás traductores hasta que he visto sus nombres en la página de créditos de los libros ya impresos.)
Los textos repartidos se dividieron a su vez en partes más pequeñas para su entrega semanal, lo que permite a los editores revisarlos simultáneamente para garantizar un estilo editorial uniforme (terminología, tipografía, extensión de los textos, etc.) y producir un manuscrito original acabado.

[1] En esta entrada, el término traducción en colaboración se refiere solo a las traducciones de libros hechas por más de un traductor.
[2] Cubiertas de las ediciones en español de estos títulos.


viernes, 31 de mayo de 2013

Índice (noviembre 2012–mayo 2013)

Este es el resumen de los contenidos de las entradas publicadas en Cuaderno de trabajo durante su séptimo semestre: [1]
Año 2012
Noviembre
163. Viernes 2. «Índice (mayo 2012–octubre 2012)» [Índice del contenido de las entradas correspondientes al sexto semestre de Cuaderno de trabajo].
164. Viernes 9. «Traducir para auto-publicaciones» [Acerca de la conveniencia de firmar contratos con los autores que recurren a la auto-publicación].
165. Viernes 16. «Más sobre ventas de libros en España (2011)» [Acerca de los últimos datos estadísticos sobre las ventas de libros en España].
166. Viernes 23. «Postgrado en Traducción Biomédica y en Ciencias de la Salud» [Acerca de mi primera conferencia sobre «Experiencia profesional en la traducción biomédica» en este postgrado en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona].
167. Viernes 30. «Viejas traducciones escolares» [Acerca de mis recuerdos de mis traducciones escolares en la década de 1950].
Diciembre
168. Viernes 7. «Traducción en España: nuevo informe» [Acerca de la traducción editorial en España].
169. Viernes 14. «Topónimos y gentilicios españoles» [Acerca de la obra Pancracio Celdrán: Diccionario de topónimos españoles y sus gentilicios, Espasa, 2002].
170. Viernes 21. «Sobre las preposiciones españolas» [Acerca de la obra Emile Slager: Diccionario de uso de las preposiciones españolas, Espasa, 2004].
171. Viernes 28. «Índice temático» [Índice del contenido temático de las entradas de Cuaderno de trabajo hasta el 28 de diciembre de 2012].
2013
Enero
172. Viernes 4. «Vindicación de los libros de cocina» [Acerca de nunca subestimar las posibilidades de ningún tipo de tema de traducción].
173. Viernes 11. «Buenos propósitos para el Año Nuevo» [Acerca de algunas medidas propuestas para afrontar la crisis económica en 2013].
174. Viernes 18. «Traducción y ética» [Acerca de algunas cuestiones ética en el trabajo del traductor].
175. Viernes 25. «Odisea: la traducción de Luis Segalá y Estalella» [Acerca de la traducción de Luis Segalá y Estalella de la Odisea de Homero (Mestas, 2009)].
Febrero
176. Viernes 1. «Odisea: la traducción de George Chapman» [Acerca de la traducción de George Chapman: Homer: Odyssey, Princeton University Press, 2000].
177. Viernes 8. «Viejos y nuevos procesos editoriales (1)» [Acerca de los cambios que han tenido los procesos editoriales antes y después de la informática].
178. Viernes 15. «Viejos y nuevos procesos editoriales (2)» [Acerca de los cambios que han tenido los procesos editoriales antes y después de la informática].
179. Viernes 22. «Viejos y nuevos procesos editoriales (3)» [Acerca de los cambios que han tenido los procesos editoriales antes y después de la informática].
Marzo
180. Viernes 1. «Viejos y nuevos procesos editoriales (4)» [Acerca de los cambios que han tenido los procesos editoriales antes y después de la informática].
181. Viernes 8. «Viejos y nuevos procesos editoriales (5)» [Acerca de los cambios que han tenido los procesos editoriales antes y después de la informática].
182. Viernes 15. «Viejos y nuevos procesos editoriales (6)» [Acerca de los cambios que han tenido los procesos editoriales antes y después de la informática].
183. Viernes 22. «Viejos y nuevos procesos editoriales (7)» [Acerca de los cambios que han tenido los procesos editoriales antes y después de la informática].
184. Viernes 29. «Viejos y nuevos procesos editoriales (8)» [Acerca de los cambios que han tenido los procesos editoriales antes y después de la informática].
Abril
185. Viernes 5. «Vieja edición» [Acerca de mi trabajo de edición en Richard O'Reilly: El pueblo negro de Estados Unidos: raíces históricas de su lucha, Editorial de Ciencias Sociales, 1984].
186. Viernes 12. «Más sobre las traducciones para auto-publicaciones» [Acerca de las solicitudes de traducciones para auto-publicación].
187. Viernes 19. «Trabajar con autores» [Acerca de la importancia del trabajo coordinado del traductor con los autores de las obras que traduce].
188. Viernes 26. «Producción de libros en España (2012)» [Acerca del comportamiento estadístico de la producción de libros en España en 2012].
Mayo
189. Viernes 3. «Sobre las pequeñas editoriales (1)» [Acerca de la gestión de pequeñas empresas editoriales en condiciones de una mayor concentración de los grandes grupos].
190. Viernes 10. «Sobre las pequeñas editoriales (2)» [Acerca de la gestión de pequeñas empresas editoriales en condiciones de una mayor concentración de los grandes grupos].
191. Viernes 17. «Sobre las pequeñas editoriales (3)» [Acerca de la gestión de pequeñas empresas editoriales en condiciones de una mayor concentración de los grandes grupos].
192. Viernes 24. «Margaret Thatcher en español» [Acerca de mi traducción de Margaret Thatcher: Esta señora se mantiene firme y otros discursos, Colección Las Voces de la Democracia, Centro Editor PDA, 2008].
193. Viernes 31. «Índice (noviembre 2012–mayo 2013)» [Índice del contenido de las entradas correspondientes al séptimo semestre de Cuaderno de trabajo].

[1] Según datos de Google Analytics, este semestre Cuaderno de trabajo ha recibido visitas desde Alemania, Argentina, Aruba, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Egipto, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Honduras, Irlanda, Italia, Japón, Lituania, México, Nicaragua, Países Bajos, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, Puerto Rico, Reino Unido, República Dominicana, Rusia, Suecia, Suiza, Túnez, Uruguay y Venezuela. ¡Muchas gracias a todos!

[En la imagen: Abraham Bosse. Prensa en perspectiva, c. 1645, vista frontal, grabado.]


viernes, 24 de mayo de 2013

Margaret Thatcher en español

El reciente fallecimiento de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher ha vuelto a reavivar el interés en su legado político. En particular, en una época cuando las reformas económicas parecen ser una prioridad en la mayoría de los países europeos después de años de crisis económica.
Hasta donde sé, los discursos escogidos de esta jefa del gobierno británico entre 1979 y 1990 —publicados en inglés con el título The Collected Speeches of Margaret Thatcher— [1] no parecen haber sido traducidos al español.
La edición más reciente de sus discursos parece ser mi traducción de dos de ellos para la colección Las Voces de la Democracia, publicada por el diario español El Mundo en 2008.
Para esa misma colección, traduje también discursos de Sir Winston Churchill y John F. Kennedy. [2]

[1] Margaret Thatcher: The Collected Speeches of Margaret Thatcher, Harper, 1998.
[2] Ver «Kennedy y el Muro de Berlín», 27 de noviembre de 2009 y «Churchill: un discurso de 1940», 4 de junio de 2010.

[Imagen: Margaret Thatcher: Esta señora se mantiene firme y otros discursos, Colección Las Voces de la Democracia, Centro Editor PDA, 2008.]

viernes, 17 de mayo de 2013

Sobre las pequeñas editoriales (3)


Flujo de trabajo
Controlar el flujo de trabajo de una editorial pequeña no es particularmente difícil debido a la cantidad limitada de títulos en proceso (aproximadamente 10–12 al año). Por lo general, cada miembro del equipo editorial trabaja un libro a la vez. Sin embargo, eso no significa que deben esperar, con los brazos cruzados, a que se termine el proceso previo.
La mejor forma para organizar el flujo de trabajo es comenzar por la preparación de un plan anual de publicaciones que incluya todos los libros que se van a editar y a publicar durante ese período.
Los elementos necesarios para incluir en ese plan son los siguientes: 1) autor, 2) título, 3) cantidad de páginas, 4) total de días de trabajo, 5) días para editar, 6) días para revisión de estilo, 7) días para diseñar, 8) días para la maquetación, 9) días para la corrección ortográfica y tipográfica, 10) días para la impresión, 12) fecha de publicación, 13) inicio de la distribución.
Los datos recogidos en este plan de publicaciones se pueden emplear para elaborar el flujo de trabajo del plan de producción con los datos básicos siguientes: 1) título, 2) proceso de edición, 3) proceso de revisión de estilo, 4) proceso de diseño, 5) proceso de maquetación, 6) proceso de corrección, 7) fecha para estar listo para impresión. Este flujo de producción se puede representar grosso modo en un gráfico como este:

Conclusión
Lo que he publicado en este blog sobre pequeñas editoriales no es un modelo teórico, sino la experiencia concreta de un equipo de trabajo real que trabajó en un medio económico difícil, y logró editar, publicar y distribuir libros para adultos y niños y una revista científica arbitrada trimestral con buenos beneficios después de liquidar el préstamo de su inversión inicial.
La clave de su éxito fue la calidad de sus ediciones basada en la cualificación y en la organización. [1]

[1] Ver «Sobre las pequeñas editoriales (1)», 3 de mayo de 2013 y «Sobre las pequeñas editoriales (2)», 10 de mayo de 2013.

viernes, 10 de mayo de 2013

Sobre las pequeñas editoriales (2)


Organización y responsabilidad individual
Un despacho pequeño y funcional será suficiente para una editorial pequeña. Los lujos y los espacios vacíos son innecesarios. Un área bien distribuida de 220 metros cuadrados puede acomodar una fuerza de trabajo básica de seis personas.
Organizar este pequeño grupo significa distribuir con claridad las responsabilidades individuales y establecer un flujo de trabajo bien planeado.
Los editores son el elemento clave porque sus tareas principales son encontrar y adquirir libros publicables y autores que puedan aportar manuscritos originales bien escritos, además de administrar el proceso editorial desde el original hasta el libro terminado. Adquirir libros publicables quiere decir que las pequeñas editoriales no se pueden permitir aceptar originales que necesiten rescribirlos, comprobarles los datos y las referencias, hacerles los índices o buscarles las fotos, que son parte de la responsabilidad del autor.
Los redactores de estilo deben recibir originales listos para una revisión simple, porque las revisiones complejas o muy complejas encarecen los costes para convertir un original mediocre o defectuoso en un libro publicable.
Los diseñadores gráficos deben recibir originales totalmente editados ya listos para su diseño de cubierta e interior. Una maquetación rápida no debe verse obstaculizada por la falta elementos.
Los correctores deben limitarse a una corrección ortográfica y tipográfica que no se debe dificultar con la realización de tareas de revisión de estilo dejadas atrás por los redactores.
Los jefes de producción tienen una gran responsabilidad controlando los procesos editoriales programados (flujo de trabajo), contratando los procesos de impresión al impresor óptimo, y vigilando la calidad tipográfica y de impresión de los procesos de imprenta.
Los representantes comerciales deben mantener informados a los editores sobre tendencias y mercados editoriales bien definidos, con datos de mercado fiables y con objetivos comerciales basados en informaciones comprobadas.
Quiénes y dónde
Estas cuestiones plantean una pegunta: ¿dónde encontrar personas responsables y altamente calificadas para encargarse de estas tareas? Lo más probable es que no siempre se encuentren en casa o entre los familiares, entre los amigos o entre los amigos de los amigos.
Si se quiere encontrarlos, hay que buscarlos en el mercado laboral. Si se quiere tenerlos, hay que pagarles bien. Y si se desea conservarlos, hay que respetarlos profesional y personalmente. [1]

[1] Ver «Sobre las pequeñas editoriales (1)», 3 de mayo de 2013.

viernes, 3 de mayo de 2013

Sobre las pequeñas editoriales (1)


La fusión reciente de dos gigantes como Random House y Penguin ha puesto el foco de atención en esta tendencia entre los grandes grupos editoriales. Por ejemplo, uno de los mayores grupos españoles incluye más de cincuenta sellos. Muchos de ellos eran competidores fusionados o adquiridos en el pasado.
Pero, ¿qué ocurre con las pequeñas y medianas empresas editoriales que aún no han sido absorbidas por las más grandes? Las editoriales más pequeñas que han sobrevivido hasta ahora necesitan competir con ellas, y esto se puede hacer a través de la especialización en una temática particular, trabajando sin grandes gastos —es decir, los costos necesarios para llevar adelante sus negocios— y con una eficiencia máxima.
Una eficiencia máxima requiere dos elementos básicos: personal altamente calificado y buena organización.
Personal altamente calificado
Los recursos humanos adecuados para una editorial pequeña no son una cuestión de la cantidad sino de la calidad de la fuerza de trabajo. Pienso en términos de editores, revisores de estilo, correctores ortográficos y tipográficos, diseñadores gráficos, jefes de producción y representantes comerciales.
La eficiencia empieza y termina con la elección de buenos títulos y buenos autores por el editor y con la capacidad del representante comercial para introducirlos en el mercado. En el medio, la eficiencia depende de la capacidad para editar de los revisores de estilo y de los correctores, del talento del diseñador gráfico para crear cubiertas llamativas y diseños interiores funcionales, y de la aptitud del jefe de producción para trabajar con un impresor competente.
Un equipo de trabajo en plantilla, como el que se ha mencionado arriba, puede producir entre 10 y 12 libros de alta calidad al año. Esta cifra puede aumentar mediante la contratación de una fuerza de trabajo externa igualmente calificada y experimentada.

[Imagen: Scriptorium Monk at Work, grabado publicado en William Blades: Pentateuch of Printing with a Chapter on Judges, E. Stock, 1891.]

viernes, 26 de abril de 2013

Producción de libros en España (2012)

El Instituto Nacional de Estadísticas español publicó en marzo de 2013 los datos acerca del comportamiento del sector editorial en 2012.
La cantidad de títulos alcanzó los 69.668 (6,2% menos que en el año 2011, que ya había tenido una caída de 2,6% con respeto a 2010).
Para este año, no se incluye información sobre la cantidad de ejemplares impresos.
Las primeras ediciones representaron 97,5% y las reediciones 2,5%.
Las traducciones representaron el 24,2% (41,4% al inglés). Estas cifras son comparables con las de 2011: 13,7% de traducciones (57,7% del inglés). [1]

[1] Instituto Nacional de Estadísticas: «Nota de prensa», 19 de marzo de 2013 y «Nota de prensa», 27 de marzo de 2012.

[En la imagen: Abraham Bosse. Taller de impresor, c. 1642, grabado.]


viernes, 19 de abril de 2013

Trabajar con autores

La semana pasada, publiqué acerca de algunas experiencias recientes con autores que buscan información acerca de la traducción de sus libros con fines de auto-publicación. [1] Hoy, quiero comentar algo acerca del trabajo con los autores.
Mi experiencia de trabajo con ellos ha sido mayoritariamente la búsqueda de respuestas a mis dudas durante la traducción de libros que no he traducido directamente para ellos, sino para casas editoriales. Todas han sido experiencias positivas porque han servido para esclarecer fragmentos difíciles y cuestiones terminológicas que han contribuido a una mejor interpretación de sus textos y, al final, a mejores traducciones.
Esos fueron los casos, por ejemplo, de los libros Cuban Orchids, de la Dra. Marta A. Díaz Dumas (Editorial José Martí, 1997) y Cuban Forests: Their History and Characteristics, del Dr. Enrique del Risco Rodríguez (Editorial José Martí, 1999). [2]
En ambos casos mis consultas tuvieron que ver con aspectos técnicos y con la obtención del término equivalente correcto en inglés para especies cubanas, y qué hacer en casos cuando no existían esos equivalentes o en aquellos casos cuando el equivalente en inglés se refería realmente a otras especies o subespecies distintas a las especies o subespecies cubanas mencionadas en el texto en español.
Trabajar estrechamente con los autores solucionó esos problemas.

[1] Ver «Más sobre las traducciones para auto-publicaciones», 12 de abril de 2013.
[2] Ver «Orquídeas cubanas», 15 de enero de 2010 y «Cambio climático y bosques perdidos», 11 de diciembre de 2009.

[Imagen: Antonello da Messina: San Gerolamo nello studio / San Jerónimo (patrón de traductores e intérpretes) en su estudio], c. 1774–1775, óleo sobre madera.]