viernes, 25 de febrero de 2011

Nueva traducción gastronómica

A la lista de libros de cocina que he traducido, añado hoy Cocina fácil, publicado recientemente por Random House Mondadori. Es una obra editada originalmente en Australia (Easy Gourmet: Impress for Less, My Kitchen Series, Murdoch Books, 2010) con entrantes, platos principales y postres de la cocina internacional.
Mis traducciones gastronómicas incluyen hasta hoy (en orden cronológico): [1]
Nitza Villapol: Cuban Cuisine, Editorial José Martí, 1997.
Nitza Villapol: Cuban Flavor. Typical Creole Cuisine Recipes, Editorial José Martí, 1999.
Paula Bartimeus: 100 alimentos que curan, Grijalbo, 2009.
Jane Hornby (ed.): 101 deliciosas tentaciones, Grijalbo, 2009.
Janine Ratcliffe (ed.): 101 platos del mundo, Grijalbo, 2009.
Sarah Cook (ed.): 101 barbacoas y parrilladas, Grijalbo, 2009.
Kay Scarlett y Kristin Buesing (eds.): Cocina fácil, Grijalbo, 2011.

[1] Ver «Traducciones gastronómicas», 13 de noviembre de 2009; «Más cocina cubana», 22 de enero de 2010; «Más gastronomía, aunque más sana», 29 de enero de 2010; «Nuevo libro de cocina (1)», 5 de febrero de 2010; «Nuevo libro de cocina (2)», 12 de febrero de 2010; y «Nuevo libro de cocina (3)», 19 de febrero de 2010.

[En la imagen: Kay Scarlett y Kristin Buesing (eds.): Cocina fácil, Grijalbo, 2011.]

viernes, 18 de febrero de 2011

Sobre las traducciones (5)

Epílogo. Las cuatro entradas precedentes acerca de las traducciones han abordado de forma breve aspectos generales como el cotejo, la revisión, la corrección, la edición, la corrección de estilo y la corrección de pruebas. [1]
Los traductores noveles deben tener en cuenta que, una vez que uno se acostumbra a ver estos detalles editoriales, son aspectos que se convierten en algo tan familiar que se solucionarán durante el propio proceso de traducción. Esto reducirá el tiempo que habrá que dedicar a la revisión y corrección de los textos.
A quienes aún no están familiarizados con la edición, les recomiendo hojear algunos manuales de estilo; en particular, los de sus clientes o aquellos que son recomendados por ellos.
Una última sugerencia: tener a mano una lista de comprobación para no olvidar ningún elemento durante los procesos de revisión y corrección.

[1] Para la primera, segunda, tercera y cuarta partes de estos comentarios, ver «Sobre las traducciones (1), (2), (3) y (4)», 21 y 28 de enero, y 4 y 11 de febrero de 2011.

viernes, 11 de febrero de 2011

Sobre las traducciones (4)

Corrección de pruebas. Algunos editores —al menos es así aquí en España— están a favor de enviar pruebas de imprenta a los traductores para una lectura final. Otros, sin embargo, sucumben a la presión de sus calendarios y no lo hacen. En esos casos, el traductor nunca ve el resultado del trabajo del editor, del corrector de estilo y del corrector tipográfico. Es una mala política porque los editores se privan así de las aportaciones de unos profesionales que están tan familiarizados con una obra como sus propios autores. [1]
Aunque la mayoría de estos problemas se tienen que resolver en las editoriales, si uno tiene la suerte de recibir las pruebas de imprenta de una traducción, debe tener en cuenta estas cuestiones:
1. Cumplir las fechas de devolución a la editorial.
2. Seguir las indicaciones del manual de estilo de la editorial tal como se hizo durante la revisión de la corrección de estilo.
3. Leer el texto palabra por palabra para comprobar:
a) la foliación y los folios explicativos
b) los titulares y el índice de contenido
c) las notas (al pie de la página o al final) y sus números de referencia
d) pies de grabado
e) errores ortográficos y de puntuación
f) errores tipográficos
g) errores en las particiones de palabras
h) errores en las fuentes tipográficas
i) errores de espaciado
j) errores en la composición de los párrafos
k) errores en la alienación vertical y horizontal
l) trasposiciones de letras y palabras

[1] Para la primera, segunda y tercera partes de estos comentarios, ver «Sobre las traducciones (1), (2) y (3)», 21 y 28 de enero, y 4 de febrero de 2011.

viernes, 4 de febrero de 2011

Sobre las traducciones (3)

Revisión de estilo. Si la edición se ocupa del contenido del texto traducido, la revisión de estilo se concentra en sus aspectos formales. Sin embargo, esta forma es lo que los editores llaman su estilo editorial.
Los traductores noveles deben estar concientes de que el estilo editorial difiere a veces de una editorial a otra y, particularmente, de un idioma a otro. Por ejemplo, el estilo de los editores estadounidenses y británicos difiere entre sí en muchos aspectos, y con el estilo de los editores españoles y latinoamericanos.
Debemos tener esto en mente durante nuestro trabajo, durante el cotejo de la traducción con el manuscrito, y durante la revisión de estilo y la corrección de pruebas de la traducción terminada. [1]
Este proceso final de lectura está destinado a revisar (en los libros) si hemos:
1. Foliado todas las páginas de nuestra traducción.
2. Seguido las indicaciones del manual de estilo del cliente en:
a) la portada
b) el índice de contenido
c) otros textos de pliego de principios
d) las tablas y cuadros
e) notas (al pie de la página o al final) y sus números de referencia
f) los apéndices, anexos, bibliografías y referencias
g) pies de grabado
h) glosarios
i) listas de abreviaturas
j) índices de materias
k) titulares
l) espaciado
m) fuentes tipográficas
n) foliación con folios explicativos

[1] Para la primera y segunda partes de estos comentarios, ver «Sobre las traducciones (1) y (2)», 21 y 28 de enero de 2011.