viernes, 30 de diciembre de 2011

Términos editoriales: Cuerpo del texto

El cuerpo del texto es el contenido principal de un libro y todos los demás elementos orbitan alrededor de él. [1] Puede estructurarse en libro, capítulo, sección, artículo, párrafo y apartado. El texto de las obras muy voluminosas se puede distribuir en tomos. El cuerpo del texto puede incluir también otros elementos complementarios como ilustraciones, notas, citas y tablas.
Tomo: La unidad mayor en la que se puede dividir una obra con tantas páginas que se debe publicar en varios volúmenes para facilitar su manipulación.
Libro: La unidad mayor en la que se puede dividir un tomo.
Parte: La unidad mayor en la que se puede dividir un libro.
Capítulo: La unidad mayor en la que se puede dividir una parte.
Sección: La unidad mayor en la que se puede dividir un capítulo.
Título: El texto que anuncia la materia que trata un libro o capítulo.
Subtítulo: Texto que define la materia que trata una sección, artículo, párrafo o apartado.
Epílogo: El texto final escrito por el autor.
Ilustración: Los elementos gráficos complementarios del texto. Incluyen diagramas, dibujos, gráficos, mapas, pinturas y fotografías.
Nota: El texto breve que explica y documenta algún elemento del cuerpo del texto.
Nota al pie de la página: La nota cuando aparece impresa al pie de la página.
Nota al final: La nota cuando aparece impresa al final de un capítulo o de una obra.
Cita: El texto de otro autor o fuente que se reproduce textualmente en el cuerpo del texto.
Tabla: El cuadro que resume y concentra gran cantidad de información impresa en un área reducida.

[1] Cf. también las secciones: «Sobre la edición», «Sobre las traducciones», «Consejos prácticos», y «Términos editoriales: Cubierta», 25 de noviembre de 2011; «Términos editoriales: Hoja», 3 de diciembre de 2011; «Términos editoriales: Página», 9 de diciembre de 2011; «Términos editoriales: Partes», 16 de diciembre de 2011; «Términos editoriales: Pliego de principios», 23 de diciembre de 2011.

[Imagen: Página con el título de un capitulo tomado de mi traducción Nitza Villapol: Cuban Cuisine, Editorial José Martí, 1997.]

viernes, 23 de diciembre de 2011

Términos editoriales: Pliego de principios

En el pliego de principios de un libro podemos encontrar básicamente las partes siguientes: páginas de cortesía, portadilla, contraportada, portada, página de derechos, dedicatoria, lema, índice, prólogo e introducción. Se pueden añadir  otros elementos preliminares, pero aquí nos vamos a concentrar en los fundamentales y más frecuentes. [1]
Páginas de cortesía: Páginas (pueden ser dos o cuatro) que se dejan en blanco antes de la portadilla.
Portadilla: Primera página del libro. Por lo general, solo incluye el título de la obra y su folio —número romano i— se suprime.
Contraportada: Segunda página del libro. Generalmente en blanco, su folio —número romano ii— se suprime.
Portada: Tercera página del libro. Incluye el título (y subtítulo), los nombres del autor, o editor, y/o traductor, y el pie editorial (nombre y ciudad de la editorial con su logotipo). Su folio —número romano iii— se suprime. (Ver imagen.)
Página de derechos (propiedad o créditos): Cuarta página del libro. Incluye los datos de los derechos (copyright), cantidad de ediciones, pie editorial, pie de imprenta y otros datos de catalogación, ISBN u otra información que deba añadirse. Su folio —número romano iv— se suprime.
Dedicatoria: Debe ocupar la quinta página del libro y es el autor quien determina su inclusión y redacción Su folio —número romano v— se suprime.
Lema o epígrafe: Debe ocupar la quinta página del libro —si no hay dedicatoria— o la séptima. Su folio —número romano v (o vii, si hay dedicatoria)— se suprime.
Índice: Debe ocupar la quinta página del libro —si no hay dedicatoria ni epígrafe— o la séptima —si no hay epígrafe— o la novena. Incluye los títulos de las diferentes partes de la obra (sección, libro, capítulo, sección, artículo, párrafo y apartado) y el número de la página donde comienzan. Su folio —número romano v, vii o ix— se suprime.
Prólogo: Debe ocupar la primera página impar después del índice. Su folio debe ser el número romano correspondiente y se suprime. Puede ser escrito por el autor u otra persona.
Introducción: Debe ocupar la primera página impar después del prólogo. Lo escribe el autor y es un texto de mayor importancia y extensión que el prologo. Por eso su folio impreso debe ser el número arábigo 1. 

[1] Cf. también las secciones: «Sobre la edición», «Sobre las traducciones», «Consejos prácticos», y «Términos editoriales: Cubierta», 25 de noviembre de 2011; «Términos editoriales: Hoja», 3 de diciembre de 2011; «Términos editoriales: Página», 9 de diciembre de 2011; «Términos editoriales: Partes», 16 de diciembre de 2011.

[Imagen: Portada de mi edición y traducción Fernando Nápoles Tapia (ed.): Capablanca’s Eighteen Select Chess Games, Editorial José Martí, 1999.]

viernes, 16 de diciembre de 2011

Términos editoriales: Partes

Como veremos en esta entrada, las páginas incluidas en las tres partes principales de la tripa de un libro (pliego de principios, cuerpo y finales) ocupan lugares diferentes en los pliegos. [1]
Pliego: Hoja grande de papel plegada y lista para coser y encuadernar. Un pliego puede incluir 4, 8, 16, 32 o 64 páginas, según el tamaño de la impresora.
Pliego de principios: Una de las partes principales en las que se divide la tripa de un libro. Por lo general se subdivide a su vez en las partes siguientes: páginas de cortesía, portadilla (ver imagen), contraportada, portada, página de derechos, dedicatoria, lema, índice, prólogo e introducción, además de otros textos preliminares que se puedan añadir.
Cuerpo: La parte más importante de la tripa del libro porque incluye el contenido real distribuido en los diferentes pliegos. Se puede subdividir en tomo, libro, capítulo, sección, artículo, párrafo y apartado.
Finales: La última parte de la tripa del libro en el último pliego. Puede incluir: apéndice; anexo; e índices alfabético, geográfico, de materias, de nombres, etc.

[1] Cf. también las secciones: «Sobre la edición», «Sobre las traducciones», «Consejos prácticos», y «Términos editoriales: Cubierta», 25 de noviembre de 2011; «Términos editoriales: Hoja», 3 de diciembre de 2011; «Términos editoriales: Página», 9 de diciembre de 2011.

[Imagen: A la derecha, portadilla tomada del pliego de principios de mi traducción Rafael Lam: Tropicana: A Paradise under the Stars, Editorial José Martí, 1999.]

viernes, 9 de diciembre de 2011

Términos editoriales: Página

La página —tema de esta entrada— también se divide en varias partes.
Caja tipográfica: El área impresa de una página. Incluye desde la cabeza hasta el pie del texto.
Cabeza: Parte superior de la página.
Pie: Parte inferior de la página.
Costados: Partes laterales de la página.
Costado de corte: Parte lateral exterior (también falda).
Costado del lomo: Parte lateral interior hacia el lomo (también medianil).
Folio: Número impreso de la página.
Folio numérico: Número que solo indica la numeración de las páginas.
Folio explicativo: Texto o imagen en la cabeza o al pie de la página que, con el folio, ubica al lector dentro de la obra.
Folio no impreso: Número de página que no aparece impreso, pero que cuenta.
Título marginal o ladillo: Título ubicado parcial o totalmente en el costado de corte.

[1] Cf. también las secciones: «Sobre la edición», «Sobre las traducciones», «Consejos prácticos», y «Términos editoriales: Cubierta», 25 de noviembre de 2011; «Términos editoriales: Hoja», 3 de diciembre de 2011.

[Imagen: Páginas de mi traducción José Manuel Fernández Núñez: Colonial Havana: A Fortress of the Americas, Editorial José Martí, 1998.]

viernes, 2 de diciembre de 2011

Términos editoriales: Hoja

En esta entrada vamos a tratar sobre las hojas. Las hojas componen la segunda parte principal del un libro: la tripa. La terminología de la tripa es un poco más compleja que la de la cubierta. [1] Por lo tanto, la iremos presentando en diferentes entradas, según su función.
Hoja: Forma el volumen o tripa del libro, excepto la cubierta.
Página: Cada una de las dos caras de una hoja. Como el contenido de un libro se distribuye en sus páginas, la página también tiene diferentes partes: caja tipográfica, cabeza, costados o márgenes y folio.
Página impar: Anverso de una hoja. Se numera con un folio impar y ocupa el lado derecho del libro abierto.
Página par: Reveso de una hoja. Se numera con un folio par y ocupa el lado izquierdo del libro abierto.

[1] Cf. también las secciones: «Sobre la edición», «Sobre las traducciones», «Consejos prácticos», y «Términos editoriales: Cubierta», 25 de noviembre de 2011.

[Imagen: Páginas par e impar de mi traducción Marta A. Díaz Dumas: Cuban Orchids, Editorial José Martí, 1997.]

viernes, 25 de noviembre de 2011

Términos editoriales: Cubierta

Sobre la base de mi experiencia de casi cincuenta años traduciendo y editando, siempre he enfatizado a mis colegas más jóvenes y a mis alumnos la importancia de la traducción de libros por ser una buena fuente de ingresos, de derechos de traducción a largo plazo y de reconocimiento profesional.
Las próximas entradas —dedicadas a ellos— son una breve introducción a algunos términos editoriales básicos que les resultarán útiles para comprender el lenguaje profesional que los editores usan en sus instrucciones a los autores y traductores durante la preparación de los manuscritos.
Los libros se publican en forma de una serie sucesiva de hojas de papel que se encuadernan en un volumen, y tienen dos partes principales: la cubierta y la tripa. Por lo tanto, el primer elemento que vamos a considerar es su estructura externa: la cubierta.
Cubierta: Encuadernación del libro. Se divide en tres partes: cubierta, lomo y contracubierta. En un principio, sirvió para proteger el libro, pero posteriormente se ha usado para identificar autor y título, y más recientemente como importante recurso publicitario. Es también la parte frontal de la encuadernación. En las ediciones en tapa dura con sobrecubierta, por lo general, no se imprime, excepto con título y autor. En las ediciones en rústica, sin embargo, incluye título, autor y logotipo del editor impresos generalmente sobre un fondo ilustrado.
Tapa dura: Se imprime generalmente sobre cartón previamente forrado en tela (entonces se llama pasta), papel u otros materiales.
Rústica: Se imprime sobre cartulina, papel u otros materiales flexibles. A veces, se recubre con algún barniz o plástico transparente.
Solapas: Partes de la sobrecubierta que la sostienen alrededor de la cubierta, tapa o pasta. Por lo general, se imprimen con el nombre del autor, el título de la obra, el editor, datos biográficos del autor y otros textos promocionales. Algunas cubiertas también incluyen solapas.
Contracubierta: Parte posterior de la encuadernación. En las cubiertas de tapa dura con sobrecubierta a veces no se imprime. Sin embargo, en las ediciones en rústica suelen incluir título, autor y logotipo del editor y, a veces, una sinopsis de la obra.
Lomo: Parte estrecha de la encuadernación que une la cubierta con la contracubierta. Se imprime generalmente con título, autor y logotipo del editor.
Sobrecubierta: Forro protector de la encuadernación en tapa dura. Se divide también en cubierta, lomo, contracubierta y solapas. Reproduce por lo general los elementos impresos en las encuadernaciones de las ediciones en rústica.

[1] Cf. también las secciones: «Sobre la edición», «Sobre las traducciones» y «Consejos prácticos».

[Imagen: Cubierta de mi traducción de Nitza Villapol: Cuban Flavor. Typical Creole Cuisine Recipes, Editorial José Martí, 1999.]

viernes, 18 de noviembre de 2011

Consejos prácticos: Derechos (Copyright)

Las leyes del derecho de autor (copyright) establecen las relaciones entre editores, autores y traductores en cada país. Por lo tanto, es importante tener conocimientos básicos de ellas, de manera que podamos estar informados acerca de la propiedad de esos derechos, y cómo se pueden transferir y administrar.
Uno de estos derechos concierne particularmente a los traductores porque nuestro trabajo se basa en obras originales propiedad de autores que transfieren sus derechos a unos editores, quienes, a su vez, firman contratos de traducción con los traductores. Esa es la razón por la cual los traductores deben consultar las leyes de derechos de autor de su país de residencia o de residencia del cliente.
Por ejemplo, en España, estos derechos quedan establecidos en el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, de Propiedad Intelectual; en los Estados Unidos, en la Copyright Act of 1976 (Public Law 94–553); y en el Reino Unido en la Copyright, Designs and Patents Act 1988.
Estas leyes incluyen por lo general los tipos de obras que están sujetas a derecho de autor, y sus limitaciones y alcance. [1]

[1] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; [4] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial»; 12 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado», 19 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Aspectos legales, fiscales y administrativos», 26 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Servicios y mercado de destino», 2 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Capacidades y limitaciones administrativas», 9 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Buenas prácticas en traducción», 16 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: La competencia», 23 de septiembre de 2011, «Consejos prácticos: Inversiones», 30 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Clientes (1)», 7 de octubre de 2011; «Consejos prácticos: Clientes (2)», 14 de octubre de 2011; «Consejos prácticos: Manuscritos », 28 de octubre de 2011, «Consejos prácticos: Tipografía », 11 de noviembre de 2011.

[En la imagen: Expertos examinan la piedra de Rosetta en el Museo Británico, grabado publicado por el Illustrated London News, el 12 de septiembre de 1874, acerca del Segundo Congreso de Orientalistas celebrado ese año en Londres.]

viernes, 11 de noviembre de 2011

Consejos prácticos: Tipografía

Cuando comencé a traducir en la «era de la máquina de escribir», no teníamos opción. Ahora, cuando trabajamos en la «era del ordenador», podemos escoger entre una variedad de tipos de imprenta. Esta entrada acerca de la tipografía y la traducción pudiera resultar útil a algunos principiantes.
A menos que el cliente pida un tipo específico, yo prefiero usar fuentes (juegos completos de un tamaño determinado y estilo [1]) con las características siguientes:
A. Un tipo de imprenta con un juego de caracteres —letras, números, signos de puntuación y también símbolos— apropiado para el tema que voy a traducir.
B. Tipos sans serif (sin serif: esas pequeñas líneas decorativas que llevan algunos caracteres) que encuentro más legibles. [2]
C. Caracteres de 12 puntos, también por su legibilidad durante mi cotejo y proceso final de corrección de estilo.
Si los clientes no lo especifican, tecleo generalmente mis traducciones en:
A. Arial 12 puntos para el cuerpo del texto y para los titulares (portadillas, títulos de los capítulos y subtítulos de diferentes niveles). [3]
B. Espaciado sencillo en los párrafos.
C. Párrafo español (primera línea con sangría).
D. Justificación irregular (margen derecho sin justificar). [4]

[1] Los estilos de imprenta se denominan por lo general (en orden alfabético): egipcio, escritura, fantasía, gótico, grotesco, romano antiguo y romano moderno. Los estilos no se deben confundir con las fuentes, que se clasifican básicamente (también en orden alfabético) según el ancho, el grosor, inclinación a la derecha, el serif, y el tamaño.
[2] Es una preferencia estrictamente personal. Los diseñadores gráficos —que probablemente tengan razón— argumentarían que los serifs sirven de guía para nuestros ojos durante la lectura y hacen más legibles los textos impresos.
[3] Prefiero Arial (sans serif, 12 puntos) porque incluye muchos estilos diferentes que, por lo general, resultan muy útiles cuando se traducen libros y artículos para revistas.
[4] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial»; 12 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado», 19 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Aspectos legales, fiscales y administrativos», 26 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Servicios y mercado de destino», 2 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Capacidades y limitaciones administrativas», 9 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Buenas prácticas en traducción», 16 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: La competencia», 23 de septiembre de 2011, «Consejos prácticos: Inversiones», 30 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Clientes (1)», 7 de octubre de 2011; «Consejos prácticos: Clientes (2)», 14 de octubre de 2011; «Consejos prácticos: Manuscritos », 28 de octubre de 2011.

[En la imagen: Abraham Bosse. Taller de impresor, c. 1642, grabado.]

viernes, 4 de noviembre de 2011

Postgrado en Traducción Biomédica y en Ciencias de la Salud

El pasado 25 de octubre de 2011 comenzó el Postgrado en Traducción Biomédica y en Ciencias de la Salud correspondiente al curso 2010–2011 del Instituto de Educación Continua de la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona. A mí me corresponde tratar el tema «Experiencia profesional en la traducción biomédica». Este es el contenido general y la bibliografía.

1. El ámbito de trabajo del traductor biomédico
La situación del sector editorial (estadísticas de 2010 y la crisis).
Las editoriales, las empresas de servicios editoriales y de autoedición.
Las editoriales y su concentración en grupos.
Las editoriales biomédicas. Estructura y organización. El director. El redactor jefe. El consejo asesor. El consejo editorial. La política o línea editorial. El catálogo editorial.
La redacción. El jefe de redacción. Los redactores editoriales. Los correctores de pruebas tipográficas. Los diseñadores. Los maquetistas. Los ilustradores.
El proceso de producción editorial. El original del autor y la traducción. La edición.
La relación autor-editorial-traductor.
Las revistas biomédicas o journals. Estructura y organización. El editor. El consejo asesor. El consejo editorial. La política o línea editorial. El editor ejecutivo. Los editores temáticos. Los redactores editoriales o asistentes de edición. Los correctores de pruebas tipográficas. Los diseñadores. Los maquetistas. Los ilustradores.
La relación autores-revista. Aceptación y devolución de manuscritos. El arbitraje o peer review de los manuscritos. Los árbitros.
El proceso de producción de la revista. El original del autor y la traducción. La edición.
La visibilidad de una revista biomédica. El factor de impacto.
La relación autor-revista-traductor.
2. Experiencias en la traducción, redacción y revisión editorial (corrección de estilo) de textos biomédicos
El concepto de estilo editorial. El concepto de uniformidad. La normalización de las actividades repetidas.
Herramientas para el tratamiento del texto en las editoriales: normas, pautas, directrices, hojas y manuales o libros de estilo.
Los aspectos generales más normados.
La revisión de estilo editorial.
Errores más frecuentes.
Herramientas para el tratamiento del texto en las revistas biomédicas o journals: normas y manuales o libros de estilo.
La norma de Vancouver (1978–2010): «Requisitos de uniformidad para manuscritos enviados a revistas biomédicas: Redacción y preparación de la edición de una publicación biomédica.»
El artículo científico. El título. Los autores, afiliaciones y direcciones. El resumen. Las palabras clave. El texto. La introducción. Las secciones. Los materiales y métodos. Los resultados. La discusión. Las conclusiones. Los reconocimientos. Las referencias. Las ilustraciones. Los cuadros o tablas. Los gráficos. Las estadísticas. Los sistemas de unidades y medidas. Los números. Los símbolos.
Preparación del manuscrito y de la traducción, y los aspectos generales más normados.
Experiencias en la aplicación de las normas y requisitos para la presentación de originales y traducciones en las editoriales y en las revistas biomédicas.
3. Bibliografía
A. Manuales de estilo editorial
University of Chicago: The Chicago Manual of Style (16th edition), 2010.
Wilkinson, A. M.: The Scientist’s Handbook for Writing Papers and Dissertations, 1991.
El País: Libro de estilo, 2002.
El Periódico de Cataluña: Libro de estilo, 2002. (Hay una versión en lengua catalana.)
Dolors Escoriza: Manual de estilo de Editorial Planeta, 1998.
Editorial Océano: Manual de estilo Océano, 1992.
Mario Muchnik: Léxico editorial, 2002.
Mario Muchnik: Normas de estilo, 2000.
Marjorie E. Skillin, Robert M. Gay: Words into Type (3ª edición revisada), Prentice-Hall, 1974.
B. Manuales de estilo biomédicos: normas generales; biología molecular, genética y biología general, medicina, farmacología, ciencias de la salud.
1. Normas generales
European Association of Science Editors: EASE Guidelines for Authors and Translators of Scientific Articles to be Published in English, May 2010.
International Committee of Medical Journal Editors: Uniform Requirements for Manuscripts Submitted to Biomedical Journals: Writing and Editing for Biomedical Publication, April, 2010.
2. Medicina, farmacología, ciencias de la salud
Iverson, Cheryl, et al.: American Medical Association Manual of Style: A Guide for Authors and Editors, 9 ed. Williams, 1998.
American Psychological Association: Publication Manual of the American Psychological Association, 5 ed., APA, 2001.
World Heath Organization: WHO Style Manual, 2004.
3. Biología molecular, genética y biología general
Council of Science Editors (CSE): Scientific Style and Format, 2006.
American Society of Microbiology: The ASM Style Manual for Journals and Books, 1991.
4. Diccionarios generales y obras de consulta
Gran Enciclopedia Universal (24 volúmenes, 1 DVD, 1 portal), Editorial Espasa-Calpe, 2005.
Gran Diccionario Oxford E-I I-E, 3 edición, Oxford University Press (CD con texto íntegro), 2003.
Diccionario Collins E-I I-E, 5 edición, Harper Collins Publishers/Grijalbo (incluye un CD con un diccionario de sinónimos y antónimos), 1999.
Diccionario Collins Compact Plus, 3 edición, Harper Collins Publishers (CD con texto íntegro), reimpresión de 2006.
Webster’s Encyclopedic Unabridged Dictionary of the English Language, Gramercy Books, 1996.
Diccionario de la lengua española, 22 edición, RAE/Editorial Espasa-Calpe, 2001.
Diccionario esencial de la lengua española, RAE/Espasa-Calpe, 2006.
Diccionario panhispánico de dudas, RAE/Asociación de Academias de la Lengua Española, Santillana, 2005.
Diccionario del uso del español de América y España, SPES Editorial, 2002.
Diccionario manual de sinónimos y antónimos de la lengua española, Vox/Larousse Editorial, 2007.
5. Diccionarios médicos
Fernando A. Navarro: Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina (2º edición), McGraw-Hill Interamericana, 2005.
Stedman’s Medical Dictionary (28ª edición), 2005.
Merriam-Webster’s Medical Dictionary, 2006.
Donald Venes (ed.): Taber’s Cyclopedic Medical Dictionary (21ª edición), 2009.
Dorland's Illustrated Medical Dictionary (32ª edición), 2011.
6. Teoría de la traducción
Peter Newmark: Approaches to Translation, Prentice Hall, 1988.
Peter Newmark: A Textbook of Translation, Prentice Hall, 1988.
John Biquenet, Raine Schulte (eds.): The Craft of Translation (Chicago Guides to Writing, Editing, and Publishing), University of Chicago Press, 1989.
Basil Hatim and Ian Mason: Discourse and the Translator, Pearson Further Education, 1990.
Peter Newmark: About Translation, Multilingual Matters, 1991.
John Biquenet, Raine Schulte (eds.): Theories of Translation: An Anthology of Essays from Dryden to Derrida, University of Chicago Press, 1992.
Mona Baker: In Other Words: A Coursebook on Translation, Routledge, 1992.
Gideon Toury: Descriptive Translation Studies and Beyond, John Benjamins Publishing Company, 1995.
Lawrence Venuti: The Translator's Invisibility: A History of Translation, Routledge, 1995.
Christiane Nord: Translating as a Purposeful Activity: Functionalist Approaches Explained, Saint Jerome Publications, 1997.
Douglas Robinson: Becoming a Translator: An Introduction to the Theory and Practice of Translation, Routledge, 1997.
Ritva Leppihalme: Notes on Culture Bumps: An Empirical Approach to the Translation of Allusions, Multilingual Matters, 1997.
George Steiner: After Babel: Aspects of Language and Translation, 3rd edition, Oxford University Press, 1998.
Lawrence Venuti: The Scandals of Translation: Towards an Ethics of Difference, Routledge, 1998.
Graham Allen: Intertextuality, Routledge, 2000.
Lawrence Venuti: The Translation Studies Reader, Routledge, 2000.
Ulrike H. Meinhof and Jonathan Smith (eds.): Intertextuality and the Media: From Genre to Everyday Life, Manchester University Press, 2000.
Jeremy Munday: Introducing Translation Studies: Theories and Applications, Routledge, 2001.
Susan Bassnett: Translation Studies, 3rd edition, Routledge, 2002.
Eugene A. Nida and Charles R. Taber: The Theory and Practice of Translation, Brill Academic Publishers, 2003.
Michael Cronin: Translation and Globalization, Routledge, 2003.
Mary Orr: Intertextuality: Debates and Contexts, Polity, 2003.
Douglas H. Robinson: Becoming a Translator: An Introduction to the Theory and Practice of Translation, Routledge, 2004.
Geoffrey Samuelsson-Brown: A Practical Guide for Translators (Topics in Translation), 4th edition, Multilingual Matters Ltd., 2004.
Basim Hatim, Jeremy Munday: Translation: An Advanced Resource Book, Routledge, 2004.
Richard Bauman: A World of Others’ Words, Blackwell Publishing, 2004.
Corine McKay: How to Succeed as a Freelance Translator, 1st edition, Two Rat Press, 2006.
Roger Chriss: Translation as a Profession, Lulu.com, 2006.
Christiane Nord: Text Analysis in Translation: Theory, Methodology, and Didactic Application of a Model for Translation-Oriented Text Analysis, 2nd Edition, Rodopi, 2006.
Mona Baker: Routledge Encyclopedia of Translation Studies, 2nd edition, Routledge, 2008.
Umberto Eco: Experiences in Translation (trans. by Alistair McEwen), University of Toronto Press, 2008.
John Kearnes (ed.): Translator and Interpreter Training (Continuum Studies in Translation), Continuum, 2008.
Morry Soffer: The Translator's Handbook, 7th Revised Edition, Schreiber Publishing, 2009.
Wilson, Andrew: Translators on Translation: Inside de Invisible Art, CCSP Books, 2009. 
Edith Grossman: Why Translation Matters, Yale University Press, 2010.
Juddy Jenner, Dagmar Jenner: The Entrepreneurial Linguist: The Business School Approach to Freelance Translation, EL Press, 2010.
7. Blogs de traductores y traducciones
Become a Translator
Translator’s Bookshelf

viernes, 28 de octubre de 2011

Consejos prácticos: Manuscritos

Desde una perspectiva editorial, un manuscrito —no necesariamente escrito a mano— es un texto que un autor presenta a un editor ya sea mecanografiado —en una máquina de escribir— o en formato electrónico —tecleado en un ordenador— para que sea editado para su publicación.
El concepto de autor —creador de una obra escrita— se amplía también editorialmente para que incluya a los compiladores de antologías, a los editores de colecciones de textos tomados de varias fuentes y a los traductores, porque todos ellos también crean textos para su publicación. Por lo tanto, la preparación adecuada del manuscrito nos concierne a todos. [1]
Aunque cada editor particular establece sus propias normas para la presentación de manuscritos, estos breves consejos prácticos pueden resultar útiles para los traductores que se inician en el oficio.
A. Se deben enviar al editor todas las partes de la obra, artículo o texto traducidos en el mismo orden en que aparecen en el manuscrito original presentado antes por el autor.
B. A solicitud del editor, las tablas y cuadros, ilustraciones y pies de grabado pudieran entregarse en archivos generados por ordenador aparte y en impresiones por separado.
C. Todas las páginas de la traducción deben estar numeradas consecutivamente.
D. A solicitud del editor, las traducciones se pudieran entregar por correo-e o en discos magnéticos, o impresas en papel, o ambos.
E. Las impresiones se solicitan por lo general en papel blanco de 80 gramos, de tamaño estándar (210 × 297 mm) y de buena calidad.

[1] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial»; 12 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado», 19 de agosto de 2011;
«Consejos prácticos: Aspectos legales, fiscales y administrativos», 26 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Servicios y mercado de destino», 2 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Capacidades y limitaciones administrativas», 9 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Buenas prácticas en traducción», 16 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: La competencia», 23 de septiembre de 2011, «Consejos prácticos: Inversiones», 30 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Clientes (1)», 7 de octubre de 2011; «Consejos prácticos: Clientes (2)», 14 de octubre de 2011.

[En la imagen: Theodor Galle: Impressio Librorum (Impresión de libros), hacia 1633, grabado.]

viernes, 21 de octubre de 2011

Índice (abril–octubre 2011)

Este es el resumen de los contenidos de las entradas publicadas en Cuaderno de trabajo durante este cuarto semestre: [1]
Año 2011
Abril
83. Viernes 22. «Sobre la edición (5)» [Acerca de la aplicación de experiencias editoriales en el trabajo de revisión de las traducciones].
84. Viernes 29. «Sobre la edición (6)» [Acerca de la aplicación de experiencias editoriales en el trabajo de revisión de las traducciones].
Mayo
85. Viernes 6. «Investigar antes de traducir» [Acerca del trabajo de investigación bibliográfica previa a la traducción de Michelle Moran: La hija de Cleopatra, Flamma Editorial, 2010].
86. Viernes 13. «Producción de libros en España (2010)» [Acerca de la repercusión de la crisis económica en las variaciones estadísticas de la producción de libros en España en 2008 y 2010].
87. Viernes 20. «Barack Obama: Discursos electorales, 2008» [Acerca de mi traducción de 42 discursos de Barack Obama durante la campaña presidencial de 2008].
88. Viernes 27. «Nota sobre aves de Cuba» [Acerca de la traducción al inglés de algunas especies de aves que habitan en Cuba].
Junio
89. Viernes 3. «¿Quién se ha llevado mi traducción?» [Acerca de algunas traducciones cuya pista he perdido].
90. Viernes 10. «Rincón de Lecturas: Leon Rooke» [Acerca de mi traducción del cuento de este autor “The Judge: High Plains Art” (El juez: arte de llanuras altas), Casa de las Américas, no. 220, julio-septiembre de 2000, pp. 76–79).
91. Viernes 17. «Che Guevara» [Acerca mi trabajo de edición de Che’s Message to the Peoples of the World. Thirty Years Later, suplemento especial, revista Tricontinental, año 31, no. 137, julio de 1997].
92. Viernes 23. «¿“Traductor, traidor?”: Una breve revisión bibliográfica (1)» [Trabajo de revisión bibliográfica cerca de la situación de los traductores en España].
Julio
93. Viernes 1. «¿“Traductor, traidor?”: Una breve revisión bibliográfica (2)» [Trabajo de revisión bibliográfica cerca de la situación de los traductores en España].
94. Viernes 8. «¿“Traductor, traidor?”: Una breve revisión bibliográfica (3)» [Trabajo de revisión bibliográfica cerca de la situación de los traductores en España].
95. Viernes 15. «¿“Traductor, traidor?”: Una breve revisión bibliográfica (4)» [Trabajo de revisión bibliográfica cerca de la situación de los traductores en España].
96. Viernes 22. «¿“Traductor, traidor?”: Una breve revisión bibliográfica (5)» [Trabajo de revisión bibliográfica cerca de la situación de los traductores en España].
97. Viernes 29. «Segunda edición sobre gastronomía sana [Acerca de la nueva edición de mi traducción Paula Bartimeus: 100 alimentos que curan, Grijalbo, segunda edición, julio de 2011.]
Agosto
98. Viernes 5. «Consejos prácticos: Los inicios» [Consejos prácticos para quienes quieren introducirse en el mercado de la traducción profesional.]
99. Viernes 12. «Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial» [Consejos prácticos para quienes quieren introducirse en el mercado de la traducción profesional.]
100. Viernes 19. «Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado» [Consejos prácticos para quienes quieren introducirse en el mercado de la traducción profesional.]
101. Viernes 26. «Consejos prácticos: Aspectos legales, fiscales y administrativos» [Consejos prácticos para quienes quieren introducirse en el mercado de la traducción profesional.]
Septiembre
102. Viernes 2. «Consejos prácticos: Servicios y mercado de destino» [Consejos prácticos para quienes quieren introducirse en el mercado de la traducción profesional.]
103. Viernes 9. «Consejos prácticos: Capacidades y limitaciones administrativas» [Consejos prácticos para quienes quieren introducirse en el mercado de la traducción profesional.]
104. Viernes 16. «Consejos prácticos: Buenas prácticas en traducción» [Consejos prácticos para quienes quieren introducirse en el mercado de la traducción profesional.]
105. Viernes 23. «Consejos prácticos: La competencia» [Consejos prácticos para quienes quieren introducirse en el mercado de la traducción profesional.]
106. Viernes 30. «Consejos prácticos: Inversiones» [Consejos prácticos para quienes quieren introducirse en el mercado de la traducción profesional.]
Octubre
107. Viernes 7. «Consejos prácticos: Clientes (1)» [Consejos prácticos para quienes quieren introducirse en el mercado de la traducción profesional.]
108. Viernes 14. «Consejos prácticos: Clientes (2)» [Consejos prácticos para quienes quieren introducirse en el mercado de la traducción profesional.]

[1] Según datos de Google Analytics, este semestre Cuaderno de trabajo ha recibido visitas desde Alemania, Andorra, Argentina, Australia, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Honduras, India, Italia, México, Nicaragua, Noruega, Panamá, Perú, Puerto Rico, Reino Unido, República Dominicana, Tailandia, Uruguay y Venezuela. ¡Muchas gracias!

[En la imagen: Abraham Bosse. Prensa en perspectiva, c. 1645, vista frontal, grabado.]

viernes, 14 de octubre de 2011

Consejos prácticos: Clientes (2)

Los traductores necesitamos clientes y los clientes necesitan traductores. Es tan sencillo como eso. Los traductores necesitamos trabajo y los clientes necesitan un conocimiento que no tienen. Al final, intercambiamos trabajo (dinero) por las palabras adecuadas.
Los buenos traductores aportan sus conocimientos sobre la base de unas buenas prácticas éticas. [1]
Los buenos clientes deben tenerlas también. En resumen, un buen cliente:
A. Acepta y paga tarifas justas.
B. Paga puntualmente.
C. Presenta textos de buena calidad.
D. Solicita plazos de entrega razonables.
E. Solicita exactamente lo que quiere, porque sabe lo que quiere.
F. Está siempre disponible para aclarar dudas.
G. Respeta a sus traductores y valora sus servicios.
H. Establece relaciones consideradas, honradas y transparentes.
I. Acredita el trabajo de sus traductores y respeta sus derechos (copyright).
J. Establece relaciones a largo plazo.
Si encontramos clientes que no son así, es preferible no tenerlos. [2]

[1] Ver «Consejos prácticos: Buenas prácticas en traducción», 16 de septiembre de 2011.
[2] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial»; 12 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado», 19 de agosto de 2011;
«Consejos prácticos: Aspectos legales, fiscales y administrativos», 26 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Servicios y mercado de destino», 2 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Capacidades y limitaciones administrativas», 9 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Buenas prácticas en traducción», 16 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: La competencia», 23 de septiembre de 2011, «Consejos prácticos: Inversiones», 30 de septiembre de 2011; « Consejos prácticos: Clientes (1)», 7 de octubre de 2011.

viernes, 7 de octubre de 2011

Consejos prácticos: Clientes (1)

Como los clientes son las fuentes de trabajo y de ingresos, hay que esforzarse para administrar una cartera que sea teóricamente lo bastante grande para mantenernos ocupados 40 horas a la semana. Buscar clientes —algunos van y vienen— es una actividad permanente, y no solo algo de lo que hay que preocuparse cuando introducimos nuestros servicios en el mercado de la traducción.
Los mejores son aquellos clientes a largo plazo que nos llaman con regularidad, aceptan pagar tarifas razonables y pagan todas las facturas al final del trabajo. Están conscientes de que necesitan nuestros servicios, que lo que hacemos es importante para ellos, y, por lo tanto, firman contratos y los cumplen, los pagan a tiempo, nos dan crédito por nuestro trabajo y nos recomiendan a otros.
No tienen que ser necesariamente grandes corporaciones. Algunas pequeñas empresas forman también parte de una buena clientela. Se trata, por lo general, de clientes ocasionales con bajos presupuestos que pueden contribuir a llenar un espacio entre un trabajo grande y otro.
Pero también hay clientes que buscan un negocio barato, se cuestionan nuestras tarifas, se demoran para pagar y no sienten ningún respeto por nuestra cualificación profesional.
Hay que mantenerse alejados de ellos. Se trata por lo general de clientes con muy bajos presupuestos, arrogantes y abusivos que nunca pagan a tiempo y que, a veces, ni siquiera pagan.
Encontrar buenos clientes es solo la primera etapa de la administración de una cartera y no exactamente la más importante. La prioridad es conservar los clientes que encontremos. Una lista estable de clientes regulares —y satisfechos— es la clave para la economía de un traductor autónomo a tiempo completo.
La cantidad de clientes en cartera depende de cuántos se necesitan para generar una cantidad de trabajo que llene esas 40 horas teóricas con encargos suficientes para hacer que nuestra actividad sea razonablemente viable.
No hay otra forma de alcanzar ese objetivo si no es mediante la producción de traducciones de buena calidad  —mientras nos esforzamos por alcanzar la excelencia—  y su entrega escrupulosamente puntual.

[1] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial»; 12 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado», 19 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Aspectos legales, fiscales y administrativos», 26 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Servicios y mercado de destino», 2 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Capacidades y limitaciones administrativas», 9 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Buenas prácticas en traducción», 16 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: La competencia», 23 de septiembre de 2011, «Consejos prácticos: Inversiones», 30 de septiembre de 2011.

[En la imagen: Abraham Bosse. Taller de impresor, c. 1642, grabado.]

viernes, 30 de septiembre de 2011

Consejos prácticos: Inversiones

Iniciarse en la traducción profesional como autónomo lleva tiempo. A menos que se comience en una situación sumamente favorable, por lo general, hay que esperar hasta darse a conocer en la profesión y llegar a administrar una cartera de clientes lo bastante grande para que genere ingresos suficientes para vivir de la traducción a tiempo completo. Esa es la causa de que muchos recién llegados comiencen con trabajos parciales o como traductores con empleo fijo.
Para comenzar como traductor autónomo a tiempo completo se necesita algún dinero (vamos a llamarlo capital) para pasar el primer año introduciéndose en la profesión.
Probablemente, el traductor novel ya cuente al comienzo con algunos de los recursos básicos para empezar: ordenador, herramientas de traducción, conexión a Internet, telefonía fija y móvil, impresora, escáner, fotocopiadora, diccionarios, material de oficina, por lo que no será necesario invertir mucho al principio.
Lo que ocurra en el futuro dependerá básicamente de su talento y —cómo ya hemos visto en entradas precedentes— de su cualificación y de sus capacidades profesionales y administrativas. [1]

[1] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial»; 12 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado», 19 de agosto de 2011;
«Consejos prácticos: Aspectos legales, fiscales y administrativos», 26 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Servicios y mercado de destino», 2 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Capacidades y limitaciones administrativas», 9 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Buenas prácticas en traducción», 16 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: La competencia», 23 de septiembre de 2011.

[En la imagen: Expertos examinan la piedra de Rosetta en el Museo Británico, grabado publicado por el Illustrated London News, el 12 de septiembre de 1874, acerca del Segundo Congreso de Orientalistas celebrado ese año en Londres.]

viernes, 23 de septiembre de 2011

Consejos prácticos: La competencia

Como en todos los negocios, en la traducción hay competencia. Hay mucha competencia. Mezclados dentro de nuestra profesión encontramos traductores a tiempo completo y a tiempo parcial, traductores con empleo fijo y autónomos, calificados y buscavidas sin cualificación. Y todos buscan una cuota en un mercado de destino, incluido el nuestro.
Los dos campos básicos en los que encontramos competidores son los servicios y los precios. Una competencia éticamente limpia tiende a mantener un servicio de alta calidad, y precios estables y razonables.
A veces, los competidotes no cumplen las reglas; en particular, los buscavidas fraudulentos que se hacen cargo de trabajos para los que no están cualificados y desacreditan nuestra profesión con malas traducciones, o que atraen clientes cobrando los precios más bajos y devalúan nuestra actividad profesional.
Por lo general, encuentran sus mejores clientes entre quienes están dispuestos a aceptar textos mal traducidos a bajo costo, y esos tampoco son exactamente los mejores clientes. A veces, ellos mismos son buscavidas fraudulentos.
Por lo tanto, los profesionales cualificados ejercen su actividad honestamente, con ética, y cumplen algún tipo de reglas de buenas prácticas como las que publicamos el pasado 16 de septiembre. [1]

[1] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial»; 12 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado», 19 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Aspectos legales, fiscales y administrativos», 26 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Servicios y mercado de destino», 2 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Capacidades y limitaciones administrativas», 9 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Buenas prácticas en traducción», 16 de septiembre de 2011

[En la imagen: Alberto Durero: Der heilige Hieronymus im Gahäus [San Jerónimo (patrón de traductores e intérpretes) en su gabinete], 1514, grabado.]

viernes, 16 de septiembre de 2011

Consejos prácticos: Buenas prácticas en traducción

A continuación incluyo una lista de recomendaciones básicas para los recién llegados al oficio. La traducción es una de esas profesiones altamente cualificadas que, sin embargo, están abiertas para todos. Por lo tanto, los traductores profesionales —e incluso aquellos que traducen como una segunda actividad— deben cumplir con estándares de buenas prácticas.
A. Entregue sus traducciones a tiempo.
B. Advierta a sus clientes de cualquier problema durante el proceso de la traducción, y avise inmediatamente cualquier demora inevitable.
C. Asegúrese de que sus traducciones están completas y compruebe bien la gramática, la ortografía, la puntuación, los saltos en el texto, entre otros elementos del trabajo terminado antes de entregarlo.
D. Debe ser preciso y no alterar, añadir u omitir nada del texto encargado porque usted es el único responsable de la calidad de su traducción.
E. Recuerde que cuando se acepta una traducción, usted se declara competente y esto es una forma de contrato. Por lo tanto, no asuma ningún trabajo para el cual no esté calificado o que pudiera estar por encima de su calificación. Si, una vez que haya comenzado, queda claro que está por encima de sus posibilidades, debe advertir a su cliente y retirarse.
F. Siga las instrucciones de su cliente sobre fuentes tipográficas, el estilo editorial, y el tratamiento de pies de grabados, tablas, cuadros, etc. Si algo no le queda claro, pida aclaración.
G. Manténgase siempre disponible para sus clientes y proporcione formas adecuadas de contacto para facilitar la comunicación.
H. Compórtese siempre amable y cortésmente, y sea receptivo a las críticas constructivas. Por lo tanto, reconozca y corrija rápidamente cualquier error de traducción en su trabajo.
I. Respete el derecho que tiene su cliente a la privacidad y a la confidencialidad, y no revele nunca cualquier información obtenida durante el desempeño de su trabajo.
J. Asegúrese de contar con el consentimiento del cliente si su trabajo va a ser subcontratado a otros traductores.
K. Si se pide su opinión o que revise, edite o corrija el estilo del trabajo de otros traductores, debe existir acuerdo entre todos los profesionales involucrados. Si tiene una diferencia de opinión, debe expresarla con claridad, imparcialidad y respeto.
L. Debe apoyar y respetar a sus colegas dentro de una competencia profesional leal. Por lo tanto, debe abstenerse de hacer comentarios injuriosos sobre otros.
M. Aunque los traductores no son responsables de lo que escriben sus clientes, no deben manifestar ninguna opinión acerca de algo o de alguien relacionados con su trabajo.
N. Cuando usted establece sus propias tarifas y condiciones para realizar traducciones como autónomo, recuerde que no debe subvalorar su profesión.

[1] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial»; 12 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado», 19 de agosto de 2011;
«Consejos prácticos: Aspectos legales, fiscales y administrativos», 26 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Servicios y mercado de destino», 2 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Capacidades y limitaciones administrativas», 9 de septiembre de 2011.

[En la imagen: Jost Amman: Der Buchdrucker (El impresor), 1568, grabado.]

viernes, 9 de septiembre de 2011

Consejos prácticos: Capacidades y limitaciones administrativas

Cuando se compite, se negocia, se pone precio y se ofertan nuestros servicios, debemos tener conciencia de nuestras capacidades y limitaciones administrativas.
Como autónomo, se debe tener en cuenta que hace falta tener cierta capacidad en el área administrativa como:
A. Trabajar sin ninguna otra dirección que uno mismo.
B. Ser un buen planificador, organizador y programador de actividades, porque no habrá en quién delegar, sobre todo en períodos prolongados cuando tendremos que trabajar proyectos grandes en condiciones de estrés en días de fiesta, fines de semana y turnos de noche.
C. Ser capaz de controlar la propia productividad y las propias metas.
D. Ser capaz de comunicarse con los clientes y de trabajar con otras personas.
E. Ser capaz de administrar y de calcular el tiempo con eficiencia.
F. Ser capaz de preparar, verificar y evaluar proyectos para concentrarse en los mejores.
G. Ser capaz de identificar problemas y solucionarlos, y de dar respuesta a situaciones de emergencia.
H. Ser capaz de atender detalles, y de pensar y de trabajar metódicamente.
También, se necesitan algunas capacidades financieras como:
A. Elaborar presupuestos, llevar la contabilidad y los registros de las cuentas.
B. Evaluar, diagnosticar y procesar nuestros datos estadísticos, y de observar el comportamiento de nuestros indicadores económicos.
C. Saber invertir el tiempo y el dinero.
Como hay que hacer trabajo de oficina, debemos tener capacidad para llevar archivos y registros, actualizar los datos en esos registros y desarrollar métodos para simplificarlos al máximo.
Tendremos que «vender» nuestros servicios. Por lo tanto, debemos tener capacidad para hacer contactos, persuadir, asesorar, informar y orientar a los clientes perspectivos; para promover nuestro propio trabajo; para cultivar las relaciones humanas; y para mantener una imagen profesional favorable.
Es importante saber comunicarse bien en la venta de los servicios, por lo que debemos ser capaces de razonar, definir, explicar, escribir y hablar positivamente acerca de nuestros servicios; ser capaces de escuchar las necesidades del cliente y de interpretar sus ideas, de seguir sus instrucciones y especificaciones, y de elaborar preguntas para definir nuestras tareas durante nuestras consultas con ellos. [1]

[1] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial»; 12 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado», 19 de agosto de 2011;
«Consejos prácticos: Aspectos legales, fiscales y administrativos», 26 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Servicios y mercado de destino», 2 de septiembre de 2011;

[En la imagen: Expertos examinan la piedra de Rosetta en el Museo Británico, grabado publicado por el Illustrated London News, el 12 de septiembre de 1874, acerca del Segundo Congreso de Orientalistas celebrado ese año en Londres.]

viernes, 2 de septiembre de 2011

Consejos prácticos: Servicios y mercado de destino

Un aspecto importante de los inicios en la profesionalización de un traductor es decidir qué tipo de servicios de traducción va a ofertar y a qué mercado de destino.
Nuestro mercado de destino (el grupo de clientes a quienes podemos prestar servicios) se determina a partir de nuestra capacidad para definirlo básicamente de acuerdo con nuestras capacidades reales y en qué lugar vamos a llevar a cabo nuestra actividad (la cantidad de clientes potenciales en nuestra zona).
Por ejemplo, factores como nuestro dominio de los idiomas, nuestra cultura general, nuestra formación educacional, nuestra certificación académica, nuestra capacidad para redactar (escribir), nuestra especialización y nuestros conocimientos informáticos son factores determinantes a la hora de seleccionar los temas que somos capaces de traducir y qué servicios podemos ofertar a nuestros clientes.
La zona geográfica donde vamos a llevar a cabo nuestro trabajo es también un factor importante. Por ejemplo, la traducción de libros se puede llevar a cabo con mayor efectividad en una ciudad con una fuerte presencia de editoriales y revistas que en una región industrial o agrícola.
Los temas de traducción, por lo tanto, se deben seleccionar de acuerdo con nuestra formación profesional y académica, nuestra especialización y el perfil económico de nuestra zona. [1]

[1] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial»; 12 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado», 19 de agosto de 2011;
«Consejos prácticos: Aspectos legales, fiscales y administrativos», 26 de agosto de 2011.

[En la imagen: Abraham Bosse. Prensa en perspectiva, c. 1645, vista frontal, grabado.]

viernes, 26 de agosto de 2011

Consejos prácticos: Aspectos legales, fiscales y administrativos

Hay algo más que simplemente traducir en nuestra profesión. También hay muchas tareas administrativas que considerar cuando se es autónomo.
En primer lugar, hay que mantener una situación legal. Esto quiere decir que hay que inscribirse como profesional en esta área de trabajo. En España, por ejemplo, hay que inscribirse como trabajador autónomo en Hacienda y en el Ministerio del Trabajo e Inmigración para cumplir con las obligaciones fiscales y de la seguridad social. Naturalmente, hay que declarar los ingresos regularmente y pagar los impuestos (por ejemplo, el IVA trimestralmente). Esto significa, también, que hay que dedicar tiempo a cumplir con una serie de responsabilidades burocráticas como llevar un registro de las facturas de los ingresos y de los egresos, y rellenar formularios y declaraciones fiscales.
Además, hay que administrar una cartera de clientes, atender llamadas telefónicas y correos electrónicos, enviar facturas por los trabajos terminados, comprar suministros, controlar las fechas de cobro, mantener algún tipo de control estadístico sobre los resultados económicos de nuestra actividad, etc. [1]

[1] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial»; 12 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado», 19 de agosto de 2011.

[En la imagen: Theodor Galle: Impressio Librorum (Impresión de libros), hacia 1633, grabado.]

viernes, 19 de agosto de 2011

Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado

Una vez más es una cuestión de preferencias. Los autónomos tienen la ventaja de trabajar en casa, tienen control total sobre sus condiciones de trabajo, tienen libertad para decidir sobre su tiempo y sus tareas, mantienen un contacto directo con sus clientes, pueden trabajar en más de un proyecto a la vez, y pueden asociarse libremente con otros profesionales para compartir proyectos.
Por otra parte, hay algunas desventajas como ser completamente responsables de su actividad, trabajar a cualquier hora, tener que simultanear varios proyectos, tener que administrar su actividad, afrontar el aislamiento, mantener un alto nivel de organización, tener que mantener una lista regular de clientes.
Por su parte, los traductores empleados disponen de ingresos mensuales regulares y beneficios laborales, tienen un horario de trabajo más estable, son elegibles para ascender dentro de una estructura empresarial, pueden compartir experiencias con sus compañeros de trabajo, se benefician del adiestramiento y del desarrollo profesional que ofrece su empresa, se benefician del trabajo en equipo y disponen de un límite preciso de su jornada laboral.
Sus desventajas son: la falta de flexibilidad del horario en un despacho, asumir políticas empresariales ajenas, una mayor limitación de su creatividad, la obligación de cumplir tareas y plazos de entrega determinados por otros y una especialización forzosa para un único cliente. [1]

[1] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011, « Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial», 12 de agosto de 2011.

[En la imagen: Abraham Bosse. Taller de impresor, c. 1642, grabado.]

viernes, 12 de agosto de 2011

Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial

Es cuestión de preferencias. Si quiere dedicar todo su tiempo a la profesión, debe tener en cuenta que tiempo completo significa realmente trabajar por lo menos ocho horas diarias durante cinco días a la semana para un total de 40 horas. Por otra parte, trabajar a tiempo parcial significa trabajar menos de 40 horas a la semana, pero esto probablemente incluye simultanear la traducción con otro tipo de trabajo para compensar los ingresos.
La traducción a tiempo completo es más estable, pero el trabajo a tiempo parcial permite depender menos de una sola fuente de ingresos y puede servir como fuente suplementaria para otras profesiones.
Seleccionar una u otra de estas opciones depende también de las circunstancias personales.
Sin embargo, desde el punto de vista profesional, concentrarse en la traducción a tiempo completo en preferible al trabajo a tiempo parcial. [1]

[1] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011.

[En la imagen: Jost Amman: Der Buchdrucker (El impresor), 1568, grabado.]

viernes, 5 de agosto de 2011

Consejos prácticos: Los inicios

Si usted habla por lo menos dos idiomas con fluidez y está familiarizado con sus culturas generales; si se mantiene al día en ellos; si tiene una formación educacional sólida y/o un grado académico, una capacidad más que promedio para redactar y cierto grado de especialización en un campo determinado; si tiene por lo menos conocimientos informáticos medios y tiene una actitud dispuesta ante las nuevas tecnologías, pudiera estar pensando hacerse traductor profesional.
Antes de empezar, debería:
A. Optar entre una carrera a tiempo completo o a tiempo parcial.
B. Considerar si va a trabajar como autónomo o con un contrato de trabajo.
C. Informarse sobre la situación legal, administrativa y fiscal de esta actividad.
D. Determinar el tipo de servicio de traducción que puede ofertar a sus futuros clientes según el mercado donde aspira a introducirse.
E. Evaluar sus propias habilidades para los negocios y sus limitaciones para competir, negociar, fijar precios y ofertar sus servicios.
F. Conocer las ventajas de sus competidores y su posición en el mercado, sus servicios y precios.
G. Calcular el tiempo, el dinero y los recursos que necesitará invertir antes de obtener cualquier ganancia.
H. Saber que tendrá que administrar una cartera suficiente de clientes.

[1] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; y «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011.

[En la imagen: Alberto Durero: Der heilige Hieronymus im Gahäus [San Jerónimo (patrón de traductores e intérpretes) en su gabinete], 1514, grabado.]