Algunos de mis colegas autónomos en España se proponen reducir sus costes para compensar el aumento del impuesto sobre la renta del 15% al 21%; para establecer controles de austeridad y de gastos, porque los precios subieron en 2012; y para ahorrar gastos en electricidad, transporte, combustible, peaje, y sellos y envíos por Correos, cuyos precios se espera que aumenten en 2013.
Con un criterio estratégico, sin embargo, apretarnos el
cinturón en esta especie de plan B para prever contingencias no parece ser
suficiente.
Por eso, otros profesionales se inclinan más a buscar nuevas
formas para enfrentar la crisis económica exportando sus servicios a nuevos
clientes en el extranjero (especialmente, en países con tarifas de traducción
más elevadas que en España); el coworking; los cursos de formación
profesional; la publicidad de sus servicios; el estudio de nuevas estrategias
de fijación de precios, etc.
[Imagen: Domenico Ghirlandaio: San Jerónimo en su
gabinete, fresco, 184 × 119
cm (1480).]
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