viernes, 27 de septiembre de 2013

Programa del día

Como autónomo, tengo mi propio «reglamento interno». Una de sus reglas es cumplir un programa diario para coordinar mi trabajo y mis actividades.
Cuando estudiaba enseñanza secundaria en Miami, pedí prestada la autobiografía de Benjamin Franklin en la biblioteca pública local. En dicha obra, encontré la descripción de sus ocupaciones diarias en lo que llamó: «scheme».
Siempre he tenido en gran estima su método y, desde entonces, he organizado mi trabajo sobre la base de un programa diario que me ha ayudado a aprovechar al máximo mi tiempo, especialmente cuando estoy sobrecargado de trabajo.
Planificar con anticipación ahorra tiempo y esfuerzo, nos aporta una visión clara de nuestras prioridades, nos ayuda a controlar lo que hacemos y contribuye, además, a organizar nuestros necesarios períodos de descanso y el tiempo libre.
Seguir un programa diario bien planificado es una de mis mayores recomendaciones a mis colegas más jóvenes.

[Imagen: «Scheme», página tomada de The Autobiography of Benjamin Franklin, publicada originalmente por J. Parsons, Londres, 1793, con el título The Private Life of the Late Benjamin Franklin, LL.D.]


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