viernes, 23 de julio de 2010

Sobre Hemingway

Los cubanos guardamos un recuerdo especial de Ernest Hemingway, quien el pasado día 21 hubiera cumplido ciento once años. Galardonado con el premio Pulitzer por su novela «cubana» The Old Man and the Sea (El viejo y el mar, 1952) —que también contribuyó a que se le concediera el Premio Nobel de Literatura en 1954—, tuvo el hermoso gesto con su país de acogida de donarle, en agosto de 1956, la medalla que lo hacía acreedor de aquel premio de la Academia Sueca. La medalla se conserva hasta hoy en el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona del país, cerca de la ciudad de Santiago de Cuba. Su relación con la isla, donde tenía su residencia en la Finca Vigía, en el poblado de San Francisco de Paula, en las afueras de La Habana, fue, por lo tanto, de afecto mutuo.
En 1999, tuve a mi cargo la revisión editorial de la traducción al inglés del ensayo de Enrique Cirules Hemingway in the Romano Archipelago, publicado originalmente en castellano con el titulo El iceberg de Hemingway en la cayería de Romano (mención del Premio Casa de las Américas en 1999). Esta obra aborda la etapa cuando Hemingway recorría en su yate Pilar los cayos de la zona norte de la provincia de Camagüey durante las décadas de 1930 y 1940. La zona sirvió de escenario para su novela Islands in the Stream (Islas en el golfo), publicada póstumamente en 1970.
Hoy, los cayos del norte de Camagüey son zona turística, pero durante la Segunda Guerra Mundial fueron escenario de una intensa actividad marítima de convoyes de abastecimiento militar de los Aliados y de incursiones de submarinos alemanes.

[En la imagen: Enrique Cirules: Hemingway in the Romano Archipelago (traducida al inglés por Douglas Edward LaPrade), Ediciones Unión, 1999.]

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