viernes, 5 de julio de 2013

Ganadores y perdedores

Muchos de mis colegas siguen quejándose en los foros de traductores acerca del intrusismo profesional en nuestro mercado de trabajo abierto para todos. Pienso que es más una cuestión de ética empresarial que un problema de ética laboral. Los traductores profesionales desempeñan su trabajo con seriedad, y lo hacen bien y legalmente.
El caldo de cultivo que permite el intrusismo en la traducción se localiza en algunos sectores de la comunidad empresarial que buscan traducciones baratas, y que menosprecian el respeto que merece el público.
Los ganadores son aquellos clientes que prefieren bajar costes a expensas de la calidad y contratan traductores incompetentes.
El perdedor es el público que paga un buen precio por un producto malo.
Mis colegas tienen razón cuando se quejan. Cuando un traductor sin cualificación acepta tarifas muy bajas, entrega traducciones de mala calidad y trabaja dentro de la economía sumergida, pone en peligro el prestigio de nuestra profesión.

[Imagen: Hans Holbein: El vendedor ambulante (Serie Danza de la Muerte), 14,7 cm × 10,7 cm, xilografía, circa 1538.]


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