Tal vez, el
documento más editado, reeditado, revisado y vuelto a revisar de la política
cubana sea La historia me absolverá, alegato de autodefensa de Fidel
Castro del 16 de octubre de 1953 ante el tribunal que lo juzgó por los ataques
armados simultáneos contra los cuarteles militares de las ciudades de Santiago
de Cuba y Bayamo, el 26 de julio de aquel año. Hoy se cumple su sesenta
aniversario.
Este alegato, que
se recompuso en prisión y circuló poco después de forma clandestina, sirvió de
base programática para el movimiento revolucionario que derrocó la dictadura
militar encabezada por el general Fulgencio Batista entre el 10 de marzo de
1952 y el 31 de diciembre de 1958.
En 1998, la
Editorial José Martí me encargó el cotejo y revisión con una redactora en
castellano de la traducción al inglés de la versión entonces vigente de dicho
documento para una edición que se publicó ese mismo año.
Se trataba —además
de una defensa— de una denuncia de los problemas económicos y sociales que
afectaban la isla en la década de 1950 y que justificaban, según el punto de
vista del autor, la insurrección armada.
El documento prometía
reformar el país sobre las bases establecidas por la constitución democrática
de 1940 y de solucionar los problemas de la tenencia de la tierra y del latifundismo
nacional y extranjero; el escaso desarrollo industrial del país; la crisis
generalizada de la vivienda; el elevado por ciento de desempleo; y las
deficiencias crónicas de los sistemas de educación —con un alto nivel de
analfabetismo— y de la sanidad públicas.
[Imagen: Fidel Castro: History Will Absolve Me,
Editorial José Martí, 1998.]
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