La semana pasada, publiqué acerca de algunas experiencias
recientes con autores que buscan información acerca de la traducción de sus
libros con fines de auto-publicación. [1] Hoy, quiero comentar algo acerca del
trabajo con los autores.
Mi experiencia de trabajo con ellos ha sido mayoritariamente
la búsqueda de respuestas a mis dudas durante la traducción de libros que no he
traducido directamente para ellos, sino para casas editoriales. Todas han sido
experiencias positivas porque han servido para esclarecer fragmentos difíciles
y cuestiones terminológicas que han contribuido a una mejor interpretación de
sus textos y, al final, a mejores traducciones.
Esos fueron los casos, por ejemplo, de los libros Cuban
Orchids, de la Dra. Marta A. Díaz Dumas (Editorial José Martí, 1997) y Cuban
Forests: Their History and Characteristics, del Dr. Enrique del Risco
Rodríguez (Editorial José Martí, 1999). [2]
En ambos casos mis consultas tuvieron que ver con aspectos
técnicos y con la obtención del término equivalente correcto en inglés para
especies cubanas, y qué hacer en casos cuando no existían esos equivalentes o
en aquellos casos cuando el equivalente en inglés se refería realmente a otras
especies o subespecies distintas a las especies o subespecies cubanas
mencionadas en el texto en español.
Trabajar estrechamente con los autores solucionó esos
problemas.
[1] Ver «Más sobre
las traducciones para auto-publicaciones», 12 de abril de 2013.
[2] Ver «Orquídeas
cubanas», 15 de enero de 2010 y «Cambio climático y bosques perdidos», 11 de
diciembre de 2009.
[Imagen: Antonello
da Messina: San Gerolamo nello studio / San Jerónimo (patrón de
traductores e intérpretes) en su estudio], c. 1774–1775, óleo sobre madera.]