Esta semana he tenido que responder algunas consultas sobre
la distribución de los textos en las cubiertas de los libros, y me ha parecido
interesante compartir una de ellas con mis colegas más jóvenes.
Ya he definido el lomo de un libro en otra entrada como la: «Parte estrecha de la encuadernación
que une la cubierta con la contracubierta. Se imprime generalmente con título,
autor y logotipo del editor.» [1]
En esta ocasión, la duda ha sido cómo distribuir estos
textos en dicho lomo.
Lo ideal es que el libro sea lo bastante voluminoso como
para que los textos quepan a lo ancho y facilitar su lectura cuando se
encuentra en una posición vertical en un estante (ver los tres primeros
ejemplares a la izquierda de la imagen). Sin embargo, no siempre es así y eso
obliga al diseñador gráfico a distribuir los textos a lo largo del lomo.
Se aplican dos formas:
1) A la europea, cuando el texto se lee de abajo hacia
arriba.
2) A la estadounidense, cuando el texto se lee de arriba
hacia abajo (ver los ejemplares a la derecha de la imagen).
Muchos diseñadores y editores obvian esta diferencia y las
usan indistintamente, aunque hay una tendencia a emplear la forma
estadounidense.
Yo prefiero esta forma porque tiene una ventaja: cuando los
libros se colocan horizontalmente con la cubierta hacia arriba, los textos
quedan derechos —y fácilmente legibles— mientras que con la forma europea
quedan invertidos.
[1] «Términos
editoriales: Cubierta», 25 de noviembre de 2011.
[Imagen: Lomos anchos y a la estadounidense de algunas de mis traducciones.]
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