He publicado recientemente un par de entradas acerca de la
importancia de la precisión en las traducciones, y algunos de mis colegas más
jóvenes pudieran preguntarse cómo pueden mejorar su trabajo además de buscar
las palabras más precisas. [1]
Yo recomiendo revisar las traducciones dos veces. Revisar
dos veces significa, primero, cotejar el texto traducido con el manuscrito
original. En segundo lugar, releerlo para una revisión final. [2]
Si alguien no está familiarizado con las técnicas de
edición, revisión de estilo y corrección ortográfica y tipográfica, debe
considerar estas ideas:
A. Recordar que la arrogancia —creer en nuestra
infalibilidad— allana el camino del error, mientras que una meditación moderada
de duda puede ayudar a mejorar la atención a los detalles.
B. Comprobar los encabezamientos primero.
C. Comprobar las fuentes tipográficas que son diferentes al
resto del texto.
D. Leer lentamente el cuerpo del texto, palabra por palabra
y, preferiblemente, en voz alta.
[1] Ver «Baseball
es béisbol», 27 de julio de 2012 y «Más
sobre la precisión en las traducciones»,
24 de agosto de 2012.
[2] Ver también «Sobre
las traducciones (2)», 28 de
enero de 2011 y «Sobre las
traducciones (3)», 4 de febrero
de 2011.
[Imagen: Scriptorium
Monk at Work, grabado publicado en William Blades: Pentateuch of
Printing with a Chapter on Judges, E. Stock, 1891.]
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