Me interesaban dos grupos: redactores de estilo en español y
redactores de estilo en lenguas extranjeras. Es decir, un grupo de
profesionales que pudiesen realizar revisiones de estilo en español, y otro
grupo para cotejos y revisiones de estilo en otras lenguas.
Los graduados sin experiencia podían ser tomados en cuenta
para adiestrarlos para el primer grupo, pero el segundo grupo requería el
dominio de una lengua extranjera. Los mejores candidatos para el primer grupo
eran los graduados en las temáticas que publicaba la editorial. Los candidatos
ideales para el segundo eran los graduados en traducción e interpretación.
El denominador común básico para ambos grupos era tener una
licenciatura. Pero había otros tres aspectos de importancia que se consideraban
en las entrevistas: tener excelentes conocimientos y dominio del español o de
las lenguas de partida y de llegada; tener conocimientos sólidos de sus
respectivas culturas y literaturas; y ser capaz de redactar con fluidez en
español o en otra lengua.
Un redactor de estilo fiable no podía trabajar bien nuestros
originales si no era capaz de detectar errores y, sobre todo, argumentar
gramaticalmente las correcciones propuestas a su jefe de redacción y,
especialmente, a los autores.
La revisión de estilo de nuestros libros requería un nivel
de familiaridad con los contenidos de los libros que editábamos. Por eso, se
preguntaba a nuestros futuros redactores de estilo acerca de sus hábitos de
lectura, su comprensión de los temas que editábamos en nuestra editorial y su
familiaridad con las culturas correspondientes.
Un redactor de estilo fiable no podía producir un original
editado de alta calidad para nosotros si no podía sugerir correcciones
razonables de títulos y subtítulos, sugerir la eliminación de repeticiones
innecesarias, reordenar párrafos, rescribir oraciones, y escribir buenas notas
al pie de la página y para las solapas y las contracubiertas de nuestros
libros. Por lo tanto, los candidatos tenían que demostrar algunas capacidades
básicas de redacción y corrección editorial durante sus seis meses de prueba.
[Imagen:
Daniel Maclise: [William] Caxton Showing the First Specimen of His Printing
to Prince Edward IV at Almonry, Westminster, 683 mm × 1,038
mm, papel, técnica mixta,
¿1858?]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.