Me parece que es un buen ejemplo de la necesaria adaptación a las nuevas condiciones de trabajo en tiempos de crisis económica. No rechazar ningún encargo es una buena política en estas circunstancias, siempre que esté dentro de nuestras posibilidades. No importa que sea una labor poco habitual o lo poco acostumbrados que estemos a trabajar algunos temas.
Esto es particularmente cierto cuando se necesita conservar clientes y sumar algunos nuevos.
[En la imagen: Alberto Durero: Der heilige Hieronymus im Gahäus [San Jerónimo (patrón de traductores e intérpretes) en su gabinete], 1514, grabado.]
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