Cuando comencé a editar en 1974, no había en La Habana una
carrera de nivel universitario para preparar editores ni otro tipo de curso
para su formación.
Al entrar a trabajar en la Editorial de Ciencias Sociales,
pasé primero seis meses corrigiendo pruebas de imprenta en su Departamento de
Correcciones antes de ser asignado a la Redacción Política de su Departamento
Editorial.
El adiestramiento se llevaba a cabo sobre la base de un
sistema muy similar al del maestro y el aprendiz que habían puesto en práctica
los gremios medievales.
Mi primer tutor fue el editor Ángel Luis Fernández, quien
guió mis primeros pasos en la que sería una de mis dos profesiones. Además de
editor de primera línea en la Redacción de Sociología y Lingüística de esa
misma editorial, fue poeta, narrador, compilador y ensayista. Sin embargo, su
trabajo profesional no ha tenido el reconocimiento oficial que merece.
Yo lo recuerdo con gratitud por todo lo que me enseñó y por
todo lo que aquellas primeras enseñanzas contribuyeron no solo a mi formación
como editor novel, sino a mi posterior ascenso a jefe de redacción y a redactor
jefe. [1]
[1] Ver «Mi primera
edición», 8 de octubre de 2010.
[Foto: Ángel Luis Fernández Guerra (1942–2010).]
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