Además de dedicar los cincuenta años de mi vida profesional
a los libros y a las publicaciones como traductor y especialista editorial, soy
un lector insaciable.
Se ha dicho mucho de los beneficios de la lectura, pero
quiero insistir sobre su importancia como fuente de conocimientos y de cultura
para los traductores.
La formación educacional, los diccionarios, Internet, las
nuevas tecnologías, las obras de referencia son factores importantes en nuestro
oficio, pero los conocimientos y la cultura son los cimientos de una carrera
profesional de éxito.
La lectura ayuda a mejorar considerablemente nuestros
conocimientos y a extender nuestra cultura al darnos una visión más amplia del
mundo en que vivimos.
Leer en las lenguas con las que trabajamos mejora nuestro
vocabulario, nuestra sintaxis y nuestra familiarización práctica con las reglas
normativas.
Leer traducciones nos ayuda a aprovechar las experiencias —y
también los errores— de otros profesionales para mejorar nuestro propio trabajo.
Al leer regularmente, he aprendido mucho de otros traductores con los que
comparto el amor por nuestra profesión.
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