Corrección de pruebas. Algunos editores —al menos es así aquí en España— están a favor de enviar pruebas de imprenta a los traductores para una lectura final. Otros, sin embargo, sucumben a la presión de sus calendarios y no lo hacen. En esos casos, el traductor nunca ve el resultado del trabajo del editor, del corrector de estilo y del corrector tipográfico. Es una mala política porque los editores se privan así de las aportaciones de unos profesionales que están tan familiarizados con una obra como sus propios autores. [1]
Aunque la mayoría de estos problemas se tienen que resolver en las editoriales, si uno tiene la suerte de recibir las pruebas de imprenta de una traducción, debe tener en cuenta estas cuestiones:
1. Cumplir las fechas de devolución a la editorial.
2. Seguir las indicaciones del manual de estilo de la editorial tal como se hizo durante la revisión de la corrección de estilo.
3. Leer el texto palabra por palabra para comprobar:
a) la foliación y los folios explicativos
b) los titulares y el índice de contenido
c) las notas (al pie de la página o al final) y sus números de referencia
d) pies de grabado
e) errores ortográficos y de puntuación
f) errores tipográficos
g) errores en las particiones de palabras
h) errores en las fuentes tipográficas
i) errores de espaciado
j) errores en la composición de los párrafos
k) errores en la alienación vertical y horizontal
l) trasposiciones de letras y palabras
[1] Para la primera, segunda y tercera partes de estos comentarios, ver «Sobre las traducciones (1), (2) y (3)», 21 y 28 de enero, y 4 de febrero de 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.