Después de adiestrados como redactores de estilo, los
redactores podíamos ser designados jefes de redacción. Yo dirigí una redacción
con diez redactores subordinados. Sin embargo, incluso entonces, seguíamos
sometidos por un tiempo al sistema de tutoría del maestro y el aprendiz. En esa
ocasión, durante un año, estaríamos bajo la atenta mirada del redactor jefe de
la redacción editorial.
Los jefes de redacción se adiestraban entonces para hacerse
responsables de todas las funciones de una redacción. Por lo general: preparar
y controlar el plan de trabajo de los redactores de estilo, informar en las
reuniones semanales del consejo editorial, controlar los cumplimientos de los
planes de publicación anual, evaluar manuscritos y preparar el plan de
publicaciones del año siguiente, atender las necesidades administrativas de la
redacción, ayudar a seleccionar el personal interno de la redacción, mantener
un estrecho contacto con los autores, controlar el cumplimiento de las normas
de calidad establecidas, tomar decisiones al nivel de la redacción, revisar los
manuscritos editados antes de pasarlos a los procesos editoriales siguientes,
coordinar el trabajo entre los redactores de estilo y los diseñadores gráficos,
revisar los manuscritos editados antes de enviarlos al departamento de
producción para su entrega a la imprenta, etc.
Un año después, sustituí a la redactora jefa de la editorial
cuando se jubiló. Mis días de preparación habían llegado a su fin. Estaba solo
para dirigir un departamento de redacción con cinco redacciones y un
departamento de diseño.
[Imagen:
Mesa de trabajo medieval, grabado publicado originalmente en G. F. Rodwell: South
by East: Notes of Travel in Southern Europe, Marcus Ward, 1877.]
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