Los análisis del sector del libro español publicados a
mediados del mes de julio por la prensa local son alarmantes. Señalan un
retroceso de veinte años y un mayor descenso de su producción entre 2012 y
2013. Todos los datos publicados sobre 2013 tienen signo negativo (–). Desde el
comienzo de la crisis, la facturación acumula una caída a –40,6%. La
facturación se retrotrae a las cifras de 1994.
Según esos datos, los títulos editados han caído a –3,5%;
los millones de ejemplares publicados, a –12,1%; la tirada media por título, a
–9%; la cantidad de ejemplares vendidos, a –9,6%; y los millones de euros
facturados, a –11,7%.
Esta facturación por la comercialización del libro ha caído
en todos los canales de distribución. En las librerías, a –14,1%; en las
cadenas de librerías, a –16,3%; en los hipermercados, a –15,6%; en los kioscos,
a –21,3%; a través del comercio telefónico, a –28,3%; y a través de Internet a
–14,9%.
La facturación de obras literarias ha caído a –17,2% y la
del libro de bolsillo, a –17,5% con 2.300 títulos menos. [1]
El impacto de esta situación sobre los traductores se hace
sentir con la contratación de menos traducciones. Y sobre todo sobre los recién
llegados a la profesión, que tienen dificultades para encontrar trabajo.
[1] Datos tomados de Winston Manrique Sabogal: «Saltan las alarmas en el sector
editorial español al retroceder 20 años»,
El País, 14 de julio de 2014.
[Imagen: Theodor Galle: Impressio Librorum (Impresión
de libros), hacia 1633, grabado.]
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