Ajiaco criollo |
Uno de mis textos
perdidos [1] es la traducción de un artículo titulado «Cocina caribeña de
Cuba», publicado en algún número de la revista Habanera en 1997.
Yo imagino —con
perdón de los geógrafos— que el Caribe gastronómico —por la comunidad de sus
ingredientes y de sus modos de preparación— comprende la costa del golfo de México
(incluido el sur de los Estados Unidos), las costas de las Antillas, la costa
norte de América del Sur y la costa atlántica de América Central, y no solo el ámbito
de las islas.
Mi plato caribeño
preferido es una sopa que los cubanos llamamos ajiaco y cuyo origen se puede
remontar a la población nativa anterior a Colón. Se prepara a base de carnes, vegetales,
tubérculos y un sofrito, por lo general, con una fuerte presencia de ajíes a
los que probablemente debe su nombre.
En América, el
ajiaco criollo de los cubanos tiene su variante en el ajiaco colombiano, en el
caldo tlalpeño mexicano, en el sanchocho dominicano y en el gumbo de la
Louisiana estadounidense, entre otros.
En Europa, sería algo
así como una especie de borsch, goulash o solyanka de Europa
central y del este; de sopa de vegetales española; de minestrone
italiano; de pot-pourri francés; o de sopa inglesa con trozos de
vegetales.
[1] Ver «Lost after
Translation», 19 de noviembre de 2010.
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