Iniciarse en la traducción profesional como autónomo lleva tiempo. A menos que se comience en una situación sumamente favorable, por lo general, hay que esperar hasta darse a conocer en la profesión y llegar a administrar una cartera de clientes lo bastante grande para que genere ingresos suficientes para vivir de la traducción a tiempo completo. Esa es la causa de que muchos recién llegados comiencen con trabajos parciales o como traductores con empleo fijo.
Para comenzar como traductor autónomo a tiempo completo se necesita algún dinero (vamos a llamarlo capital) para pasar el primer año introduciéndose en la profesión.
Probablemente, el traductor novel ya cuente al comienzo con algunos de los recursos básicos para empezar: ordenador, herramientas de traducción, conexión a Internet, telefonía fija y móvil, impresora, escáner, fotocopiadora, diccionarios, material de oficina, por lo que no será necesario invertir mucho al principio.
Lo que ocurra en el futuro dependerá básicamente de su talento y —cómo ya hemos visto en entradas precedentes— de su cualificación y de sus capacidades profesionales y administrativas. [1]
[1] Para más información acerca de la edición y la traducción, ver: «Sobre la edición (1), (2), (3), (4), (5) y (6)», 18 y 25 de marzo, y 1, 8, 22 y 29 de abril de 2011; «Sobre las traducciones (1), (2), (3), (4) y (5)», 21 y 28 de enero, y 4, 11 y 18 de febrero de 2011; y «Consejos prácticos: Los inicios», 5 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Tiempo completo o parcial»; 12 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Traductor autónomo o empleado», 19 de agosto de 2011;
«Consejos prácticos: Aspectos legales, fiscales y administrativos», 26 de agosto de 2011; «Consejos prácticos: Servicios y mercado de destino», 2 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Capacidades y limitaciones administrativas», 9 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: Buenas prácticas en traducción», 16 de septiembre de 2011; «Consejos prácticos: La competencia», 23 de septiembre de 2011.
[En la imagen: Expertos examinan la piedra de Rosetta en el Museo Británico, grabado publicado por el Illustrated London News, el 12 de septiembre de 1874, acerca del Segundo Congreso de Orientalistas celebrado ese año en Londres.]
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