viernes, 8 de mayo de 2015

Encargos claros para traductores

A veces, hay clientes que tienen prisa. Y, cuando se trata de traducciones urgentes, la prisa se refleja más en la forma de hacer el encargo que en los plazos de entrega solicitados.
Un traductor profesional es capaz de cumplir plazos urgentes. Está preparado para eso, aunque ese tipo de traducción no sea la más habitual.
Lo que suele complicar las cosas es la ambigüedad con la que se expresa a veces el encargo cuando hay premura y eso suele ser causa de confusiones.
¿Qué necesita saber un traductor para afrontar un trabajo urgente? Por supuesto, mucho más que una fecha o una hora de entrega. Necesita explicaciones claras de lo que quiere el cliente.
La falta de claridad en los encargos genera complicaciones y los consiguientes retrasos. Un cliente que se toma tiempo para redactar un correo-e o telefonear con instrucciones precisas de lo que quiere, ahorra tiempo y asegura que su traducción se haga rápido y sin interrupciones.
Ese es el primer paso —el suyo— para lograr puntualidad y calidad. 

[Imagen: Pieter Brueghel: La torre de Babel, óleo sobre madera, 114 × 155 cm (1563).


viernes, 1 de mayo de 2015

Formación y experiencia

Hace un par de semanas, expuse sobre el tema «Experiencias del traductor independiente» en el Master de Traducción Biomédica y Farmacéutica que ofrece el Instituto de Educación Continua de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Se asociaban allí dos aspectos fundamentales en la preparación de un traductor de cualquier especialidad: la formación y la experiencia.
Hace más de 50 años, cuando daba mis primeros pasos en la profesión, carecíamos de los cursos que hoy se ofrecen para preparar traductores, y la experiencia práctica era algo básico a la hora de seleccionar alguno de estos profesionales.
Las cosas han cambiado. Los alumnos llegan cada vez más preparados a los masteres y postgrados. La formación de hoy compensa la falta de experiencia de los principiantes y pone a disposición del mercado laboral profesionales mucho más aptos para realizar buenos trabajos de traducción desde el mismo comienzo de sus carreras.
La experiencia, que solo llega con el tiempo, empieza a ocupar ahora un segundo lugar en el proceso de valoración de los traductores, que cuentan hoy con una mejor preparación académica.
Pero hay una contradicción: mientras sube la calificación, bajan los salarios y las tarifas.

[Imagen: Giovanni Bellini: San Jerónimo (patrón de traductores e intérpretes)  leyendo, 1505, óleo sobre madera.]