Impresión y encuadernación
Son los procesos finales. Aunque se trata más de procesos
industriales que editoriales, su resultado tiene su origen en la redacción,
donde se toman las decisiones sobre cómo se van a llevar a cabo.
La redacción decide el método de impresión —directa o
indirecta—; el tipo de papel que se va a utilizar en la impresión; la cantidad
de ejemplares que se han de imprimir; y el tipo de cubierta —tapa en rústica o
en cartoné— con que se va encuadernar la obra.
La impresión y la encuadernación se han desarrollado
considerablemente desde la impresión xilográfica [1] hasta la impresión
industrial digitalizada, pero su desarrollo no se va a comentar aquí.
Aptitudes editoriales
En esta serie de entradas, he ofrecido a mis colegas más
jóvenes una breve visión resumida de los cambios básicos que han tenido lugar
en el proceso editorial de los libros en los últimos años, y cómo han aumentado
la productividad editorial.
Sin embargo, las nuevas tecnologías están muy bien, pero no
es suficiente. La edición de libros de alta calidad sigue dependiendo de la
cualificación profesional de editores, redactores de estilo, diseñadores
gráficos y correctores. La tecnología, cuando los trabajadores carecen de
conocimientos, es casi inútil. [2]
[1] La impresión xilográfica se supone que comenzó en la
Antigua China por los alrededores del año 200.
[2] Ver “Viejos y nuevos procesos editoriales (1)”, 8 de
febrero de 2013; “Viejos y nuevos procesos editoriales (2)”; 15 de febrero de
2013; “Viejos y nuevos procesos editoriales (3)”; 22 de febrero de 2013;
“Viejos y nuevos procesos editoriales (4)”, 1 de marzo de 2013; “Viejos y
nuevos procesos editoriales (5)”, 8 de marzo de 2013; “Viejos y nuevos procesos
editoriales (6)”, 15 de marzo de 2013; y “Viejos y nuevos procesos editoriales
(7)”, 22 de marzo de 2013.