viernes, 27 de julio de 2012

Baseball es béisbol


Hace algunas semanas, he encontrado términos de béisbol en dos ocasiones: en un libro de texto «para aprender inglés» al que mi esposa hacía la corrección ortográfica y tipográfica, y en una novela traducida que leía antes de irme a dormir.
Por ejemplo, en el primer caso, el término midfilder se tradujo por centrocampista, que es un término del fútbol no del béisbol. En el segundo caso, la mayor parte de los términos de este deporte se dejaron en inglés.
Aunque reconozco que el béisbol no es un deporte popular en España, los traductores estamos obligados a ser precisos. Esto es particularmente cierto cuando, con un poco de investigación, se pueden encontrar las palabras adecuadas.
El béisbol tiene una extensa historia en la América de habla hispana y la mayor parte de su terminología original en inglés hace mucho tiempo que ha sido traducida y adaptada a sus contrapartidas españolas. Por lo tanto, si nos tomamos el trabajo de buscar, encontraremos sus equivalentes.

[Imagen: Pelota oficial de béisbol (aproximadamente 23 cm de circunferencia). ]

viernes, 20 de julio de 2012

La otra cara del trabajo


Un/a colega se quejó hace algunas semanas de que él/ella había trabajado para un cliente «por una tarifa de traducción muy baja» porque «en ese momento no tenía mucho trabajo, y lo acepté». Cuando él/ella pidió «a finales de marzo, que le pagaran las facturas de sus trabajos de abril, el director le dijo que ellos pagaban a sus traductores ¡a los 90 días!».
El problema con este/a colega es que una vez que uno acepta trabajar por tarifas muy bajas y espera a terminar el trabajo para averiguar cuándo se cobrará, no se puede esperar respeto profesional y se corre el riesgo de que ni siquiera paguen.
La experiencia nos enseña que si un cliente quiere pagar a los 90 días y no es lo bastante solvente para pagar a los 30, es mejor buscarse otro. [1]

[1] Ver «Consejos prácticos: Clientes (1)», 7 de octubre de 2011 y «Consejos prácticos: Clientes (2)», 14 de octubre de 2011.

[Imagen: Domenico Ghirlandaio: San Jerónimo en su gabinete, fresco, 184 × 119 cm (1480).

viernes, 13 de julio de 2012

Traducción en España: libros del inglés


En estos días he estado revisando algunas estadísticas, y he encontrado algo interesante que quiero compartir en este blog. Trataba de analizar hasta qué punto la crisis económica ha afectado la traducción de libros del inglés desde que comenzó a afectar los datos del empleo en 2007.
Estas son las cifras (en por cientos) publicadas por el Instituto Nacional de Estadísticas:



Año                   2005  2006  2007  2008  2009  2010  2011
Total                   17,3    16,4     13,3    14,6   14,7     14,4   13,7
Del inglés           a          a           59,6    59,6   60,1     59,2  57,7

ª Mayoritariamente del inglés. No hay cifras.
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas: Notas de prensa (17 de marzo de 2006, 19 de marzo de 2007, 28 de abril de 2008, 16 de marzo de 2009, 31 de marzo de 2010, 29 de marzo de 2011, y 27 de marzo de 2012).

Como muestran estos datos, ha habido una caída de 3,6% en el total de libros traducidos entre 2005 y 2011. Sin embargo, los libros traducidos del inglés aún representan más de 57% del total. No hay datos precisos para las otras lenguas. [1]

[1] Ver también «Producción de libros en España (2010)», 13 de mayo de 2011; «Producción de libros en España (2011)», 27 de abril de 2012; «“Traducir” la crisis», 11 de mayo de 2012.

[Imagen: Pieter Brueghel: La torre de Babel, óleo sobre madera, 114 × 155 cm (1563).

viernes, 6 de julio de 2012

Sobre la ola de la crisis


He estado revisando lo que mi esposa y yo hemos traducido, revisado el estilo, y corregido tipográfica y ortográficamente, en los últimos seis meses (debo hacer el informe del IVA de este segundo trimestre a Hacienda), y me ha sorprendido ver la variedad de los encargos: anuncios publicitarios; libros de texto, de cocina, sobre estilos de vida, de gestión administrativa; guías de turismo; enciclopedias; catálogos; manuales de medicina, y hasta una versión de la Biblia.
Me parece que es un buen ejemplo de la necesaria adaptación a las nuevas condiciones de trabajo en tiempos de crisis económica. No rechazar ningún encargo es una buena política en estas circunstancias, siempre que esté dentro de nuestras posibilidades. No importa que sea una labor poco habitual o lo poco acostumbrados que estemos a trabajar algunos temas.
Esto es particularmente cierto cuando se necesita conservar clientes y sumar algunos nuevos.

[En la imagen: Alberto Durero: Der heilige Hieronymus im Gahäus [San Jerónimo (patrón de traductores e intérpretes) en su gabinete], 1514, grabado.]